La Asociación de Autónomos y Comerciantes de Llanera, Aucos, nació el pasado mes de abril motivada por una necesidad del sector de caminar unido. Desde entonces, Noelia Uría está al frente como presidenta. Ella tiene un taller de venta y clases de manualidades en Lugo.
-¿Cómo echa a andar la asociación?
-Nace por mover un poco el comercio de Llanera y que la gente quiera comprar en los pueblos, no marche a los centros comerciales grandes, que no muera el comercio pequeño, que daría pena. Se trata de tener unión entre nosotros, de ayudarnos, de hacer cosas. Empezamos con muchísimas ganas de tirar para adelante. Somos treinta socios, que para un municipio como Llanera no está nada mal.
-En todas partes se ve muy necesaria la unión entre los comerciantes para salir adelante. ¿Ustedes creen que están consiguiendo esa unión o todavía ven reticencias?
-Nosotros, al menos por el momento, tenemos muy buena relación entre nosotros. Nos apoyamos muchísimo. Es cierto que somos más de Lugo que de Posada, e intentaremos que los comercios de Posada entren al ruedo, que se apunte más gente. Y hay una cosa muy destacable: no hay diferencia entre un pueblo y otro. Cuando nos juntamos y se hizo la asociación hubo mucha unión, no notamos para nada la diferencia entre las localidades. Podría pensarse que hay rivalidad, piquilla entre las dos, pero no. Aunque haya menos socios, estamos muy unidos, no diferenciados Lugo de Posada. Sí nos gustaría que hubiera más socios de Posada y sus alrededores.
-Esa unión de la que habla parece la única arma del pequeño comercio.
-Sí, tenemos que unirnos para hacer cada vez más cosas y conseguir que los comercios no se cierren. Si no se hace, acaba cerrando todo. Es una pena que el comercio pequeño quede tan olvidado, cuando yo creo que da mucho más.
-¿En qué sentido?
-Sobre todo en el de la atención personal, las ganas que pones al tratar al clientes... es posible que se ofrezcan las mismas cosas, pero de diferente manera. Con el comercio pequeño está más mimado. Sólo por la atención personal ya es más valioso, no es lo mismo que en los sitios grandes. Nosotros somos autónomos y vivimos de ello, y es muy diferente cómo tratas a la gente.
-¿Cree que la gente sigue valorando ese trato que le da el pequeño comercio?
-Yo creo que sí, y lo bueno que tenemos es que los clientes que entran a nuestros comercios acaban convirtiéndose en una clientela fija. Si están a gusto suelen ser bastante fieles, precisamente por el trato diferente que se da a la persona.
-¿Y qué cree que puede hacer en ese sentido la asociación?
-Para organizar ferias y eventos que nos acerquen a la gente necesitamos estar en una asociación. Y una de las cosas que han cambiado es que los socios ahora nos compramos más unos a otros. Antes tú misma ibas al centro comercial, y ahora piensas más en tus compañeros, tratas de dejarlo todo aquí. Nos ayudamos mucho más, compramos mucho más entre nosotros.
-Y quiere que los vecinos también lo hagan.
-Lo único que pedimos es que la gente nos ayude, que colabore un poquitín con nosotros, que no se vaya a comprar fuera. Que quede cuanto más en el pueblo. Siempre, lógicamente, dentro de lo que nosotros podemos, porque hay cosas que nosotros no podemos ofrecer.
-¿Qué ofrecen a cambio?
-Nosotros intentamos ofrecemos regalos para corresponder y agradecer a los vecinos que colaboran con nosotros: hacemos vales de descuento, regalos para el día del padre y de la madre, se dieron dos cenas para la fiesta de los Exconxuraos... siempre tenemos sorteos. Para Navidad haremos algo. Lo cierto es que tenemos muchas ganas de hacer cosas. Acabamos de empezar, pero queremos dar poco a poco.
-La Sociedad de Festejos de Lugo quiere traer las fiestas más cerca del centro. ¿Qué opina?
-Yo pienso que está bien, que cuanto más al centro estén, mejor. Lo que está claro es que si sigue así la fiesta acaba muriendo. Yo me acuerdo de que antiguamente las fiestas eran justo en el medio de Lugo, pero el problema es que todos esos prados en los que se celebraban están edificados. Ahora están un poco lejos, y eso no es beneficioso para el pueblo.
-Otro de los problemas de Lugo de los últimos años ha sido la seguridad. ¿Cómo está ahora?
-La verdad es que hubo muchos robos en Llanera, sitios en los que incluso entraban varias veces. Era un problema. A mí misma me entraron a robar en el local hace unos años. Ahora parece que está algo más controlado y llevamos una temporada muy tranquilos. Pero llegamos a reunirnos para buscar la manera de organizar algo todos juntos. Porque no sólo era que te entraran en un sitio a robar por la noche, era que se acercaban pandillas e intimidaban a la gente. En su día lo comentamos con el Ayuntamiento para que hiciera algo. Ahora parece que está bastante tranquilo. Esperemos que dure.
