"El museo de la sidra más importante que hay en Europa es el de Nava". Así lo afirma con orgullo y determinación el maestre de la Buena Cofradía de los Siceratores de Asturias, Roberto Llamedo, pero también lo hace con pesar porque las instalaciones tratan de salir a flote sin gestor ni inversión. "Es una pena", insiste. Relata que precisamente esta semana pasó por el museo para hacer acopio de folletos publicitarios y poder hacer promoción en la asamblea anual de cofradías europeas, prevista en Francia. Pero se encontró con la sorpresa de que no tenían ni uno. Sólo pudo llevar dos carteles.
Como él, casi nadie entiende esta nula promoción de la enseña de la región, la sidra, y el lugar en el que se ensalza, el museo. Argumenta que "no hay ninguna persona que llegue a Asturias y no tome un culete de sidra". Está convencido de que "lo tenemos todo, pero fallan la gestión, la publicidad, y el Principado tiene que comprometerse de verdad, por ejemplo, con indicadores en la carretera".
En este sentido también es especialmente crítica Ana Emilia Ordóñez, integrante de la asociación de hostelería Hostelnava, que lleva años, sin que nadie le haga caso, pidiendo señales informativas del Museo de la Sidra. "Es muy importante que esté señalizado", insiste. Destaca que actualmente hay un cartel en la carretera de Paraes, que es secundaria, y otro en la de Bimenes. En ambos casos no son vías especialmente frecuentadas por turistas y la mayoría de sus usuarios ya sabe dónde se ubica el Museo. Sirven para poco."Los puntos de interés están todos señalizados, el que falta es el de Nava", lamenta con indignación y parte de desesperación porque ya no sabe a quién dirigirse para que le hagan caso y su petición surta efecto. "Si no apareces es como si no existieras", sostiene.
Es evidente que la crítica situación que desde hace años atraviesa el centro de culto a la bebida asturiana y que los nuevos patronos de la Fundación de la Sidra tratarán de reconducir, preocupa, y mucho, a los hosteleros navetos. Ana Emilia Ordóñez reconoce que "es el único motor turístico" del concejo y "el gancho de los hosteleros para atraer gente".
El maestre sicerator sigue insistiendo en que "falla el compromiso de las instituciones", por lo que tacha de "tomadura de pelo" que el Principado trabaje para que la Unesco declare Patrimonio Inmaterial de la Humanidad a la Sidra "sin apoyar al Museo". También critica la falta de acuerdo y que no se pongan todos a trabajar con un fin común. "Lo tenemos hecho, es sólo comprometerse. No sólo se trata de dinero, se puede realizar muchas iniciativas sin grandes inversiones", argumenta.
Roberto Llamedo incide en que es fundamental un museo como el de Nava, con dimensión regional, en beneficio de la pujante industria sidrera que produce un gran abanico de bebidas, que también cuentan con el apoyo de "todos los cocineros asturianos con estrellas Michelín, que están comprometidos con la sidra". Además, remarca que Asturias es un referente sidrero para comunidades como el País Vasco, con menor tradición pero más ganas de luchar por su cultura.
El alcalde de Nava, Juan Cañal -que ejerce de presidente de la Fundación de la Sidra, gestora del Museo, tras la dimisión de Emilio Ballesteros-, recoge la propuesta general de incluir a los cosecheros en el patronato. Confiesa que no sabía que se les había denegado la entrada en dos ocasiones y estudiará las razones de esa negativa. "Algún motivo habría, pero lo desconozco", manifiesta. No obstante, para Cañal "son un pilar fundamental en la consecución del producto final".
