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La Pola Maravillas del mercado

Lo bueno no duele al bolsillo

"El sabor, el color y la textura no tienen nada que ver", aseguran los compradores de huevos caseros, que cuestan el triple

Mercedes Menéndez y José Manuel Fuentes, con huevos en la plaza. L. B.

Hay veces en las que pagar más no va reñido con quedar menos satisfecho. Buena muestra de esta situación se vive cada martes en el mercado semanal de Pola de Siero, cuando los clientes no escatiman ni en el precio ni tampoco en elogios hacia su calidad a la hora de adquirir productos como los huevos caseros.

Los compradores dejan claro que lo que buscan es el mejor producto, y prueba de ello es que están dispuestos a pagar hasta el triple de lo que cuestan los huevos que se ponen a la venta en la mayoría de supermercados. "El precio habitual es de tres euros la docena y, pese a que en las tiendas suelen estar a un euro, la gente se queda con estos", comenta el vendedor José Manuel Fuentes, de Lugones, que cada semana acude a la Pola con una amplia variedad de productos de su huerta, totalmente naturales.

El precio por los huevos no suele variar a lo largo del año, si bien sí lo hace su oferta, pues depende de la época del año las gallinas son más o menos generosas en su producción. "La mejor temporada está a punto de llegar, ya que es en estas fechas cuando suele poner más", explica la vendedora Mercedes Menéndez, también de Lugones, que lamenta que las mejores semanas de producción coincidan a veces con las más flojas para las ventas. "Hoy precisamente parece que no va a haber muchas ventas", indicó ayer, lamentando la cuesta de enero.

Sobre las claves del éxito del producto, los clientes lo tienen claro. "El sabor, el color y la textura no tienen nada que ver; prefiero pagar y quedar a gusto que ahorrar cuatro duros y no disfrutarlo", indica la sierense Nieves Menéndez, que es una compradora habitual de un alimento que lamenta no poder producir por vivir en la zona urbana. "De pequeña me acostumbré a los huevos de casa y ahora no los cambio por los de granja", indica.

En lo que respecta al secreto para que los huevos caseros sean mejores que los producidos de manera industrial, los criadores no tienen dudas. "La clave es que las gallinas viven sueltas y se crían a base de maíz mayoritariamente", coinciden en señalar varios vendedores sobre un producto que habitualmente se encuentra trabas sanitarias. "La venta suele estar restringida, pero existe mucha demanda y hay que aprovechar para satisfacerla, ya que nunca hubo ningún problema", apuntan desde sus puestos los vendedores, que creen que no se pueden poner puertas al campo.

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