La calabaza es un producto de temporada, que cada vez se demanda más. Está de moda. Su uso como ingrediente culinario ha crecido por su versatilidad, aunque son muchas las que se venden también para decorarlas por Halloween.
Con calabazas se pueden preparar diversas recetas, pero se utilizan, sobre todo, para hacer puré, para elaborar postres -en especial como materia prima del cabello de ángel- e, incluso, para cocinarlas al horno, según comenta la maliayesa Dolores Álvarez en su puesto de los martes en el mercado de Pola de Siero.
Esta agricultora de Villaviciosa destaca que éste no ha sido un buen año para las calabazas, pues la sequía trajo escasez. Reconoce que "es un producto de moda", con un amplio abanico de variedades. Su hija es muy aficionada.
Dolores Álvarez recomienda consumirla, por ejemplo, en puré porque "es muy digestiva". Además, es económica, pues se pueden comprar desde un euro, dependiendo del peso y la variedad. Da una sencilla, pero a la par sabrosa receta, para preparar una crema o puré de calabaza. Aconseja cocer con ella también calabacín, zanahoria, puerro y cebolla, para añadir después un sofrito de pimentón y ajo. Se une todo y se incluyen unas porciones de queso para triturarlo junto. El resultado es un riquísimo puré de calabaza, que a los niños, los más reacios a comer verduras y hortalizas, les suele gustar.
Dolores Álvarez indica que los clientes que consumen calabaza son "de todo tipo", jóvenes y de más edad. Agrega que en Asturias, por lo general, es un cultivo que "se da bien", aunque este año la sequía mermó la cosecha. Con estos cambios de tiempo y el retraso del otoño, "todavía están floreciendo", destaca.
La temporada de la calabaza se extiende desde septiembre hasta enero.
A esta verdura dulce se le atribuyen múltiples beneficios para la salud, como propiedades depurativas, además de ser antioxidante, rica en vitaminas y en fibra, y baja en calorías. Contiene potasio, calcio, magnesio, hierro, zinc y ácido fólico. Por todo ello, su consumo es muy recomendable.
