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PACO FERNÁNDEZ | Profesor más veterano del IES Río Nora, se jubila tras este curso

"A los chavales ahora los veo más abiertos y preparados, pero un poco despistados"

"El desapego que se vive hacia las Humanidades afecta a la expresión, a la comprensión y al pensamiento crítico"

Paco Fernández, con la "Eneida" de Virgilio. MARIOLA MENÉNDEZ

Paco Fernández Salvatierras es el profesor de Latín del IES Río Nora, de Pola de Siero, que este año celebra sus 50 años de andadura como centro. Es, además, el responsable de la biblioteca del centro y afronta sus últimas clases antes de la jubilación, que aprovechará para practicar más deporte y viajar, aunque también para descansar después de más de 30 años como docente en este instituto de la Pola. Es natural de Lérida, pero de ascendencia asturiana. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Oviedo y sus anteriores destinos como profesor fueron Sotrondio, Turón, Luarca y Cartagena (Murcia). Le preocupa especialmente que las Ciencias le estén comiendo la tostada a las Humanidades.

- ¿Cómo ha cambiado su asignatura en estos más de 30 años como profesor de Latín en el Río Nora de la Pola?

-Antes era obligatorio en segundo de BUP y ahora está integrada en las modalidades de Humanidades y Ciencias Sociales, pero no es una asignatura troncal. Es optativa en cuarto de la ESO y en primero y segundo de Bachiller. Hay una especie de corriente científica, que sufre el mundo de las letras. Son los tiempos de los ordenadores, las máquinas... Incluso las informaciones que se transmiten favorecen e inducen a los alumnos a estudiar el Bachiller de Ciencia y Tecnología.

- ¿Y cómo afecta a los estudiantes este desapego por las Humanidades?

-En la expresión, la comprensión o el pensamiento crítico. Hasta la Filosofía estuvo a punto de desaparecer. Quizá hay un descrédito de las Letras, y es un error porque cada uno tiene unas capacidades. Hay cierto menosprecio. Tanto la presión social como por la información que llega hacen que las Humanidades y las Letras estén en decadencia y minusvaloradas. Se traduce en que los alumnos tienen un vocabulario muy reducido, pobre expresión y no tienen el nivel léxico y conceptual requerido.

- ¿Y cómo andan los adolescentes en cuanto a lectura?

-Las lecturas las hacen al peso y lo primero que miran es el grosor del volumen. Pero luego hay fenómenos que no te explicas, como el de Harry Potter, que son libros voluminosos. Tienen menos tiempo para una lectura más pausada porque todo el tiempo están con el móvil. Les ves por los pasillos como zombies, lo primero que hacen al salir del aula es mirarlo.

- Usted es también el responsable de la biblioteca del instituto. ¿Hay respuesta por parte de los chavales?

-Aquí hay buena salud lectora, con un volumen importante de préstamos. Al año ronda entre los 800 y 1.000. Tenemos un departamento de Lengua que insiste mucho en la lectura.

- En estos más de 30 años como profesor en la Pola, ¿en qué ha visto cambiar más a los adolescentes?

-En general, a los chavales actuales los veo un poco despistados. Por ejemplo, no hay tanto rigor a la hora del estudio. El esfuerzo y el trabajo eran superiores antes, aunque creo que ahora tienen mejores condiciones pedagógicas, pero les falta esa motivación. También están más preparados, son más abiertos y más complejos que nosotros. Antes había pocas alternativas, ahora los medios y las posibilidades que tienen son mucho mayores. Eso les influye. Además, tienen que tomar decisiones antes. Los padres y profesores tenemos la labor fundamental de ayudarles a elegir porque todas las elecciones tienen sus consecuencias.

- Los profesores siempre inciden en la importancia de la implicación de las familias. En el Río Nora la tienen?

-Sí, hay mucho contacto con las familias. En un centro como este los chavales son bastante sanos, no hay casos importantes de indisciplina. Sí son revoltosos, pero en general no dan problemas.

- ¿Qué es lo mejor y lo peor de trabajar con adolescentes?

-La alegría, las risas... Lo peor, que son muy alborotadores, inquietos y que les cuesta estar atentos.

- ¿Y cómo logra un profesor de Latín captar su atención por una asignatura como la suya?

-Consiguiendo que sea una asignatura variada y utilizando muchos medios audiovisuales para que sea muy visual y no tan centrada en el libro de texto. Se trata de actualizar los conocimientos y traerlos a nuestro mundo real para que ellos vean la utilidad. Les convences de que siguen hablando un latín evolucionado.

- ¿Alguna anécdota?

-Muchas... La mayoría son los enormes disparates en las traducciones.

- Se jubila al finalizar este curso. ¿Cuál es su balance?

-Me siento bastante satisfecho como profesor, aunque me preocupa la situación de las Humanidades. Los constantes cambios del sistema de educación, por decisiones políticas, son perjudiciales. Además, se hacen sin contar con los profesores, que somos los que vemos el día a día en el aula. También tenemos una gran burocratización que nos limita el tiempo para dar clase y preparar las materias.

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