Escritor, premio de novela «Casino de Mieres»

Mieres del Camino,

C. M. BASTEIRO

Una novela satírica, con un humor hilarante, sobre la figura del militar franquista Queipo de Llano se ha convertido en la obra ganadora del Premio de novela «Casino de Mieres». El autor es José Luis Castro Lombilla (Sevilla, 1966) y el título del libro «El hombre que mató a Queipo de Llano». Por sus páginas desfila el militar, airado y siempre acompañado por una mosca que lo describe, y tres republicanos que intentan matarlo y que están basados en los hermanos Marx. La historia también discurre en el presente, a través de un escritor algo torpe que intenta redactar una biografía sobre Queipo de Llano y que el autor asegura que no es un «alter ego». José Luis Castro acudió el pasado viernes a Mieres para recoger su premio, dotado de 6.600 euros y la publicación de su obra. No será su primer libro en el mercado, porque es coautor del libro de relatos «Lápidas negras». También ha publicado «Batraciadas y otros cuentos», un recopilatorio de su trabajo como humorista gráfico.

-¿Es difícil hacer reír a los lectores?

-Yo creo que es más difícil que lo contrario, que hacer drama. A mí, no obstante, me sale más fácil. Además, en este caso en concreto, yo quería hacer con esta novela una sátira, y una sátira lleva necesariamente humor como instrumento para realizarlo.

-También es humorista gráfico, ¿es más complicado hacer gracia con dibujos?

-La novela requiere más esfuerzo, más tiempo. Una viñeta es un chispazo y con eso se soluciona. Es más difícil escribir, sin duda.

-¿Por qué eligió al militar Queipo de Llano como personaje para esta novela?

-Es muy importante en Sevilla, mi ciudad. Queipo de Llano llegó a Sevilla en 1936 y en unos cuantos días la conquistó. Hasta el año 1951 se quedó reinando como rey absoluto. Dueño de vidas, haciendas y dueño de todo.

-En su novela realiza una caricatura de Queipo de Llano. ¿Fue difícil documentarse sobre el protagonista?

-Hay muchos libros sobre Queipo. No solo hay obras de historiadores serios, que tratan su biografía con rigor, también hay libros que hablan de Queipo como una suerte de gran hombre que hizo el bien. Son autores entregados a la causa Franquista y, aunque son absolutamente rechazables, me sirvieron también para hacerme una idea global. A parte de los libros, yo sabía mucho de la historia de Queipo porque es una parte de la Historia muy importante en mi tierra.

-¿Es el humor una forma adecuada de acercarse a una parte tan sensible de la historia de Sevilla y de España en general?

-Sí, porque me parece la forma más honrada de hacerlo hoy en día. Porque permite un distanciamiento. Si en lugar de humor hubiera irritación o enfado, la obra no sería tan válida. El humor permite el distanciamiento para abarcar la Guerra Civil hoy en día, cuando ya han pasado tantos años y hay tantísimas novelas y biografías de los personajes que protagonizaron ese episodio.

-¿A qué se dedica en este momento?

-He estado muchos años en «El País» trabajando como humorista gráfico, pero ahora hago otros trabajos. Estoy en una revista gráfica de Sevilla y en la publicación «Tebeosfera».

-¿Está el humor gráfico en crisis o este es el momento en el que más necesita el público echarse unas risas?

-Corren malos tiempos para la prensa en general, incluido el humor gráfico. La cosa está muy mal. Lo se por mi propia experiencia y por la de mi mujer, que también es periodista. No sólo es un mal momento por la crisis y los recortes, sino también porque hemos sufrido una involución y la censura y la pérdida de libertad de expresión se está recrudeciendo, quizá por el miedo de los profesionales a perder su trabajo si escriben o si expresan lo que realmente quieren.

-¿Esa falta de libertad de expresión que percibe fue la razón por la que escribió esta novela sobre Queipo de Llano?

-Pudiera ser. De hecho, lo que más me motivó a la hora de escoger el personaje y el tema fue la cantidad de libros que salían hablando de Queipo como si fuera una suerte de benefactor de la ciudad de Sevilla. Lo cierto es que por cada dos libros serios que lo ponen en su sitio salían cinco o seis de personas neofranquistas que siguen repitiendo los mitos de los vencedores de la Guerra Civil.

-Es un tema delicado, ¿esperaba ganar el premio «Casino de Mieres?

-Tenía mucha ilusión porque el año anterior había mandado otra novela, «Manhattan», que quedó finalista. Entonces me dio mucha esperanza y, bueno, aquí estoy.

-Ha sido un largo viaje desde Sevilla.

-Ha sido un honor y un placer venir a Mieres. Lo mínimo que podía hacer era acercarme a Asturias a recoger el premio.

-¿Cómo espera que reciba el público de Mieres su novela?

-Pues espero que guste y, sobretodo, espero que se lo tomen con mucho humor porque la escribí para hacer reír, para animar a la gente.