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De Ganzábal al gran colisionador de hadrones

El langreano Sergio Llana, contratado por el CERN, se volcó en sus estudios informáticos tras abandonar el fútbol por una grave lesión

Sergio Llana, con un ordenador portátil, en La Felguera. FERNANDO GEIJO

En su último año como juvenil en el Unión Popular de Langreo, Sergio Llana Pérez tuvo que dejar de lado lo que hasta entonces había sido una de sus principales aficiones: la práctica del fútbol. Este joven felguerino de 22 años acabó centrándose definitivamente en los estudios, en la carrera que acababa de comenzar, la de Ingeniería Informática de Software en la Universidad de Oviedo. Una decisión, la de estudiar esta especialidad, que lo ha encaminado a empezar a trabajar, a partir de principios de septiembre, en el CERN, la Organización Europea para la Investigación Nuclear, que es el mayor laboratorio de investigación en física de partículas del mundo.

Situado en Suiza, se trata, según Llana, de "una gran oportunidad". De momento, estará un año en el centro, en el que trabajará en el Departamento de Proyectos de Eficiencia de Computación. Como ingeniero informático, su trabajo será "acelerar el proceso de análisis de datos". En el CERN se realizan constantemente experimentos para conocer los límites de la física de partículas (en sus instalaciones está el gran colisionador de hadrones, situado en la frontera franco-suiza).

Antiguo estudiante en el IES La Quintana de Ciaño, cuando hizo la PAU (Prueba de Acceso a la Universidad) Sergio Llana no tenía muy claro qué estudiar. Fue clave una charla que ofrecieron en el centro. "Unos ingenieros informáticos estuvieron en el instituto y me gustó. Cuando comencé a estudiar me atrajo la rama más cercana a las Matemáticas, el Big Data", es decir, los procesos para almacenar, analizar y sacar conclusiones de grandes cantidades de datos. Por aquel entonces, al inicio de sus estudios, todavía jugaba al fútbol en el Langreo, en el estadio de Ganzábal.

"Llevaba haciéndolo desde niño, pero sufrí una lesión grave y acabé dejándolo". Fue en un partido en el que salió tras el descanso y, al poco tiempo, "fui a un forro con otro jugador. Los dos llegamos, pero yo me rompí el maléolo tibial". Fue una rotura desplazada, difícil de curar. Tuvo que operarse. Desde diciembre hasta final de curso "estuve primero con las muletas, luego a rehabilitación". En verano, acabado el curso, al que asistió "en muletas", volvió a operarse, para que le retirasen el tornillo que le habían colocado en la primera intervención.

La lesión no le dejó seguir desarrollando su afición, pero los estudios, por contra, fueron viento en popa. Una vez terminados, estaba preparándose para cursar un Máster en Big Data por la Universidad Carlos III de Madrid. Sin embargo, también había solicitado la plaza que por un año se ofertaba en el CERN. Cuando ya lo daba por perdido, "me llamaron, y para allí vamos a ir". Su objetivo es "aprender todo lo posible, formarme y conocer gente para el futuro, es algo importante para un informático". En su entrada en el CERN fue importante su conocimiento de algunas tecnologías, como el "Spark" y el "Hadoop", con los que trabajó durante sus prácticas en Accenture, una firma afincada en Gijón, del ramo de la consultoría. "Estuve cinco meses allí, y aprendí muchísimo". A partir de septiembre su trabajo lo llevará a Suiza. "Es una oportunidad enorme, será un año muy intenso", afirma.

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