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EMILIO ONTIVEROS BAEZA | Economista, fundador y presidente de Analistas Financieros Internacionales

"La crisis ya terminó, pero faltan 2 años para que los ciudadanos lo perciban"

"La aplicación de políticas de austeridad a ultranza fue un error; el Banco Central Europeo tardó mucho en adoptar medidas de estímulo"

Emilio Ontiveros, en la Casa de La Buelga de Ciaño. J. R. SILVEIRA

La economía es más fácil cuando la explica Emilio Ontiveros (Ciudad Real, 1948). Catedrático de Economía de la Empresa por la Universidad Autónoma de Madrid y fundador y presidente de Analistas Financieros Internacionales, acudió a Ciaño para ofrecer la charla "Economía e Incertidumbre Política", organizada por la Asociación "Cauce del Nalón" en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas. Ontiveros es un colaborador habitual en medios de comunicación que ha dedicado parte de su carrera a divulgar para todos unos conocimientos que, hasta hace poco, parecían reservados para unos pocos. Cuando habla para el público, se olvida de términos como "capital", "riesgo" y "estabilidad". No duda en describir al Banco Central Europeo como "un primo de Zumosol" para España, en un año en el que el país ha viajado por el mar económico sin un Gobierno que maneje el timón.

-Resuma brevemente la situación de la economía española.

-Está creciendo más que el promedio europeo. En gran medida ese crecimiento se debe a factores externos, como la labor del Banco Central Europeo; ha seguido una política expansiva que está favoreciendo mucho a la economía española. También está relacionado con los precios de las materias primas, que siguen en un nivel bastante bajo.

-¿Es cierto que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades?

-No es tanto que hayamos vivido así como que en el pasado, hasta 2007, las familias españolas confiaron en exceso en que el crecimiento económico se iba a prolongar durante mucho tiempo. Lógicamente, no anticiparon esta crisis. Y quizás el principal error que cometimos fue vincular una parte importante del endeudamiento familiar al sector de la construcción e inmobiliaria. La combinación de ese alto nivel de endeudamiento y la "bancalización" de ese endeudamiento fue el que luego, cuando llegó la crisis de la Subprime americana, nos complicó la vida. La crisis fue menos severa en los países donde el endeudamiento privado era menor y, además, no estaba respaldado por el sector inmobiliario. En países como Alemania y Francia no sólo sufrieron con menor intensidad la crisis, sino que se libraron de una serie de terapias para la crisis que no fueron adecuadas.

-¿Se refiere a las medidas de austeridad?

-Sí. La aplicación de políticas de austeridad a ultranza, en un momento en el que las economías estaban cayendo, fue un error. El saneamiento de las finanzas públicas puede ser aconsejable cuando las economías crecen.

-¿Qué alternativas había?

-Se podría haber mejorado en política monetaria. El Banco Central Europeo tardó mucho tiempo en hacer lo que hicieron sus colegas del Banco de Inglaterra o el Banco de la Reserva Federal. Hasta 2013, el Banco Central Europeo no adoptó medidas de estímulo.

-¿Se merecen los bancos que una parte de la sociedad los perciba como enemigos?

-Yo creo que algunos bancos cometieron errores. El mayor error de la banca española fue cargar sus créditos en el sector inmobiliario. Ahora, el propio sistema bancario se ha sometido a una regulación mucho menor y está sufriendo las consecuencias de tipo de interés muy bajos y de una elevada morosidad. Eso hace que, en muchos países, se identifiquen a los bancos como los causantes de los problemas. En la Eurozona, el sistema bancario está atravesando su propia purga y su normalización. Ojalá ese proceso de normalización termine cuanto antes.

-¿Ha llegado el final de la crisis?

-Estadísticamente, la crisis ya ha terminado porque la economía española ya está creciendo. Pero es verdad que la percepción de ese final de la crisis es muy desigual. Aquellos que más la sufrieron aún tienen una percepción clara de precariedad. Creo que la condición necesaria para que se sentencie el final de la crisis es ver ese crecimiento durante dos o tres años más, aunque ya no será un crecimiento tan intenso como el que tendremos en 2016. Ese crecimiento prolongado en varios años tiene que ir acompañado del crecimiento del empleo y la calidad del empleo. Esa es la condición necesaria para que se fortalezca la confianza y para que los ciudadanos perciban efectivamente el final de la crisis.

-¿Cómo explica que España haya podido mejorar económicamente en un año sin Gobierno?

-Si no tuviéramos la integración que tenemos en la Eurozona, las condiciones económicas y financieras serían mucho peores. Es decir que, aún sin Gobierno nacional, sí tenemos un gobierno supranacional. La instituciones europeas están garantizando, de alguna forma, que el riesgo de España no se eleve.

-¿Mejorará la situación con un gobierno estable?

-En 2017, la economía pasará a crecer menos. Influirán varios factores pero, sobre todo, el hecho de que cualquier gobierno que llegue tendrá que afrontar una política presupuestaria más estricta con el objetivo de eludir una sanción por parte de la Unión Europea. En estos últimos cuatro años hemos incumplido el objetivo del déficit público, así que será en 2017 cuando va a haber restricciones en el gasto público que no van a contribuir a un crecimiento como el de este año.

-¿Cómo afecta el "Brexit" a España?

-Hasta ahora no ha afectado de ninguna manera porque no se ha definido el ritmo, el proceso y las fechas del descuelgue definitivo del Reino Unido de la Unión Europea. Pero el propio Banco Central de Inglaterra anticipa que la economía británica va a crecer significativamente menos. Así que, si lo hace, tendrá un impacto negativo a través de una menor compra de víveres españoles. Reino Unido es un socio en Europa de la economía española con el que el país tiene un superávit comercial.

-¿Qué opina del fallido nombramiento de José Manuel Soria como alto cargo del Banco Mundial?

-Me pareció inoportuno, es un nombramiento que tenía que haber sido más discreto. Además, dado el contexto y el momento en el que estaba teniendo lugar, el procedimiento de elección tendría que haber sido escrupulosa.

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