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El estado de las cuentas municipales

Mieres lía el mecanismo de su hucha

Gobierno y oposición difieren en su análisis sobre la rápida reducción de la deuda del Ayuntamiento, que ahora cierra los ejercicios con 3 millones de remanente

¿Ha logrado el Ayuntamiento de Mieres reducir su deuda en más de veinte millones en sólo seis años? En teoría, la respuesta a una pregunta tan concreta debería plantearse en términos binarios: sí o no. Pues resulta que los recovecos de la economía permiten que hasta los números se puedan interpretar. La terminología de remanentes, deuda, débitos, activos, pasivos, balanza de pagos, elasticidad de ingresos y otros muchos conceptos técnicos hacen que cada cual pueda hacer sus propias cuentas. Así, el gobierno local de IU responde a la citada pregunta que sí. PSOE y PP sostienen que no. ¿Es posible que ambos tengan razón? Pues algunos economistas sostienen que sí y otros que no.

Pese a todo hay datos incontestables. En 2011, justo antes de que el Ayuntamiento de Mieres diera forma a su plan de ajuste en respuesta el decreto de pago a proveedores impulsado por el ministro Cristóbal Montoro, el consistorio tenía sin pagar más de 5.000 facturas, lo que se traducía en un deuda de 13,2 millones con sus proveedores. Además, tenía créditos bancarios pendientes por valor de otros 16,2 millones. Aquí viene la primera oportunidad para echar las cuentas de manera diferente. Se podría decir que el Ayuntamiento debía, por tanto, 29,4 millones. Sin embargo, los economistas puntualizan que "no se pueden juntar ambos conceptos, es como poner en la misma cesta frutas con verduras y eso es un error". Así, los pagos a corto plazo y las créditos a largo deben contabilizarse por separado.

En la primavera de 2012 Mieres aprobó su plan de ajuste y la deuda a proveedores pasó a ser deuda bancaria. Entonces ya se podría hablar de una cesta con sólo frutas, pero de nuevo surge un problema que impide hablar de una deuda de casi 30 millones. De ahí que el PP retase el pasado viernes al gobierno local ha mostrar algún documento del área de intervención que estableciera en esa cantidad la deuda municipal. Ciertamente no lo hay, no lo puede haber. A efectos prácticos es cierto que en el Ayuntamiento debía casi 30 millones a los bancos, pero esa cuantía se convirtió en deuda a largo plazo, a pagar en el horizonte de 2022. Dicho de otro modo, los "puristas" defienden que no se puede hablar de una deuda de 30 millones cuando ese dinero se debe a los bancos: "En ese escenario, por simplificarlo, los deberes deben establecerse año a año. Si vas cumpliendo con los deberes económicamente estás equilibrado", explican los expertos consultados por este diario. Llegados a este punto se puede decir que el gobierno local tiene razón en la práctica y la oposición la tiene en la teoría.

Las posturas

Los gestores municipales de IU se mostraron ayer muy críticos con la postura adoptada por PP y PSOE tras anunciar el gobierno local que la deuda municipal ha pasado de 30 a 8 millones entre 2011 y 2016. "Lamentamos que la oposición exhiba sin rubor su falta de rigor. Cada día es más evidente que viven en una realidad paralela, desconectados de los problemas del municipio y, sobre todo, de las medidas que necesitamos para afrontar los problemas", puntualizaron. Y añadieron: "Mieres tiene un gobierno que está consiguiendo poner orden en el Ayuntamiento. No podemos tirar las campanas al vuelo porque queda mucho trabajo pero estamos consiguiendo avances. Y para ello ha sido fundamental el apoyo de los vecinos, que han renunciado durante años a inversiones, y también de los trabajadores públicos". Aquí es donde la exitosa política de ahorro del Ayuntamiento de Mieres, dirigida por el servicio municipal que se ha mantenido más fiable en los últimos años, el de Intervención, entronca con otro dilema por descifrar. ¿Qué beneficio tiene para los vecinos una frugalidad presupuestaria tan extrema? Pues al parecer muy poco.

"El problema es que la gestión que se está desarrollando se basa única y exclusivamente en el ahorro. El dinero que pasa por el Ayuntamiento no tiene valor añadido. Llega de los impuestos y se va para los bancos, a pagar los gastos corrientes o se emplea en abonar nóminas. El dinero que se paga en impuestos no regresa al contribuyente en forma de mejores servicios o inversiones", subraya un experto auditor que conoce las cuentas municipales. Otros profesionales hacen un análisis parecido: "El Ayuntamiento se ha vuelto una empresa. Únicamente busca mejorar su cuenta de resultados renunciando a la esencia de su función como productora de servicios y cobrando los poco que presta cada vez más caros ". El balance, eso sí, es apabullante. El pasado ejercicio se cerró con un remanente de tesorería de 2,9 millones de euros. Este indicador informa sobre la liquidez a corto plazo, así como el resultado de ajustar derechos pendientes de cobro, las obligaciones pendientes de pago y los fondos líquidos. El interventor municipal estableció en 2010 que el saldo negativo en el balance municipal era de 5.970.277 euros.

Hay más. El Ayuntamiento paga ahora a sus proveedores en un plazo medio de 22 días, con una agilidad que alcanzan muy pocas administraciones. En 2011 tardaba más de un año en abonar las facturas. Otro debate se centraría en establecer si el gobierno local hubiera llegado tan lejos sin la permanente tutela del Ministerio de Hacienda y sus directrices sobre el gasto.

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