El río Nonaya tiene su nacimiento en la sierra de Bodenaya, montaña donde se localizan yacimientos prehistóricos y un parque eólico. Después se descuelga en sentido sudeste por la abertura del valle de Salas hasta su centro urbano desembocando más adelante en el río Narcea a la altura de Cornellana. Inicialmente es un curso de aguas bravas que bajan agitadas formando pequeñas cascadas, sobresale la denominada cascada de Nonaya, la más visitada por los senderistas.

La ruta da comienzo en la plaza de La Campa de Salas (240 m.) justo al lado de la Colegiata de Santa María la Mayor y del palacio de Valdés Salas, ambos del siglo XVI, como también la Torre medieval del siglo XIV que está unida al palacio por un arco. Continuamos la marcha por la calle Ondina hasta finalizar la trama urbana donde se reinicia la ruta jacobea. Es un camino de origen medieval y único, que por el interior de la región tenía salida a la cuenca del Navia y a Galicia. Por el mismo viajaron y caminan actualmente los peregrinos a Santiago y hasta personajes importantes en la antigüedad e incluso algún rey de la monarquía española. Por ahí nos internamos en el angosto valle, siguiendo la traza del amplio camino, etiquetado por la FEMPA con la denominación sendero SL-22.

De buen firme, toma el rumbo al oeste siguiendo a contra corriente, el curso del río, acicalado tanto él como la ruta, por un denso bosque de ribera, con un variado catálogo de flora arbórea. Enseguida llegamos a la fuente de Paín, restaurada en 2004 y a continuación alcanzamos las viejas instalaciones de una mina de caolín que vierte por un tubo un buen caudal de agua hacia el río. Más adelante dejamos a la derecha un viejo pontón que atraviesa el tumultuoso río, mientras que asoma sobre nuestras cabezas la estructura aérea de la autopista A-63 discurriendo parejas ambas hacia su destino, tanto viejo camino real como la autopista, pero con la diferencia de que los separan varios siglos de vida.

Seguimos avanzando con un suave remonte, mientras que el cauce del río se hunde un poco más, lo que nos hace observar la gran obra de fábrica de los muros de piedra que sostienen la trayectoria. Así llegamos al puente de Borra de los siglos XVI y XVII según consta en el panel informativo. (333m.) -1,8 Km. en 30 min. de marcha. Construido de piedra, es de amplia arquitectura con un ancho superior a los cuatro metros. Una vez superado este trance, proseguimos con la marcha alcanzando de seguido el puente de Carcabón de similares características que el anterior.

Desde aquí, la ruta jacobea insiste en su destino hacia Tineo elevándose hacia las aldeas de Porciles y de Bodenaya, pero nosotros hemos de abandonarla y sin cruzar el puente, nos iremos por una senda señalizada que surge a la derecha y por ella descendemos hacia el cauce del río hasta toparnos con un puente de hormigón. (340 m.) 3,2 Km. en 1 h. y 20 min. de marcha Al lado del mismo ya se contempla la cascada que surge en la confluencia de los ríos Porciles y Bouza que unidos aquí configuran el río Nonaya.

El entorno se dibuja en medio de una profunda maraña vegetal, donde el arrayo se desploma ruidosamente con un gran caudal, unos 15 metros de caída vertical.

Tras la visita, retornamos a Salas por el camino de ida.