Oviedo, Mario D. BRAÑA

Un asturiano, Galo Blanco, tiene en sus manos una joya, un tenista que ha revolucionado el circuito profesional. Milos Raonic, canadiense de 20 años aunque nacido en Podgorica (Montenegro), ha escalado desde el puesto 156 al 37 del ranking ATP tras un espectacular inicio de temporada. Blanco, que apenas se ha separado del jugador desde septiembre, cuando lo contrató la Federación canadiense, prefiere no hacer pronósticos sobre su futuro. Sólo advierte de su margen de mejora, a partir de unas cualidades tenísticas y personales notables.

Desde su retirada, en 2006, Galo Blanco ha seguido vinculado al tenis como socio fundador de la academia 4 Slam Tennis de Barcelona, junto a los también ex jugadores Fernando Vicente y Jairo Velasco. Al margen de colaboraciones esporádicas con Feliciano López y Marcel Granollers, en la academia cumplía su aspiración de trabajar con los chavales. Uno de ellos, Steven Díez, fue convocado por Canadá para la Copa Davis y, a partir de ahí, surgió la oportunidad de entrenar a Raonic.

«Empezamos con una gira de prueba por Asia y conectamos muy bien», explica Blanco a LA NUEVA ESPAÑA desde Acapulco, donde pasará unos días «de relax» antes de que Raonic afronte la eliminatoria de Copa Davis frente a México. Una lesión en la gira permitió a Galo Blanco preparar con más tiempo esta temporada con Raonic. «Trabajó muy fuerte hasta finales de diciembre», destaca el asturiano, y los resultados no tardaron en llegar. Cayó en octavos del Open de Australia, frente a David Ferrer, tras ganar a Llodrá y Youzhny.

Raonic inició la gira norteamericana con su primer título, en el torneo de San José (victorias frente a Blake, Monfils y Verdasco) y finalista en Memphis (se impuso a Verdasco, Stepanek, Fish y perdió con Roddick). En menos de dos meses dio un salto hacia el número 37 del mundo. «Es una progresión increíble», resalta su entrenador, que añade: «Se lo merece porque se lo ha currado. Es muy maduro para la edad que tiene. Ha pegado un salto muy grande y todavía tiene mucho que mejorar».

Según Galo Blanco, en el tiempo que lleva con él, Raonic «ha crecido sobre todo mentalmente. En su vida privada está muy asentado, con 20 años ya estudia tercero de Finanzas. En la pista es un poquito inestable y pierde los nervios con demasiada facilidad. Es un chico con mucho carácter. Hemos insistido para que mejore su juego de fondo, para que trabaje más el punto, sin perder la agresividad que le caracteriza».

En el circuito empiezan a comparar a Raonic con Philippoussis, el ex tenista australiano famoso por su explosivo servicio: «Milos tiene un saque natural impresionante, que pocas veces he visto. Batirá todos los récords de velocidad. El otro día hizo un saque fuera a 255 kilómetros de hora. Pero es mucho más completo que Philippoussis. Tiene una derecha muy buena y puede mejorar el revés y la volea».

Galo señala que su discípulo, criado en las pistas rápidas, tiene que adaptarse a las superficies actuales, «más lentas que las de antes». De momento, en unas semanas debutará en tierra batida, con varios torneos de rodaje antes de Roland Garros. «En este primer año no creo que le vaya muy bien, pero le hará mejor jugador. Se acostumbrará a trabajar más el punto y le vendrá bien para Wimbledon y el Open USA».

Galo Blanco prefiere no hacer pronósticos sobre la progresión de su pupilo: «El tiempo lo dirá, pero si sigue trabajando igual no tengo duda de que estará entre los mejores. Yo intentaré ayudarle para que se convenza de que puede conseguirlo. Pero no me gusta fijar objetivos a largo plazo». Además, el técnico asturiano le da un referente: «Rafa Nadal es el mejor ejemplo para cualquiera porque, siendo el número uno, sabe que cada día tiene que seguir mejorando».

Pese a que ahora está volcado con la carrera de Raonic, Galo Blanco asegura que su futuro profesional será «la academia, con Fernando Vicente y Jairo Velasco, trabajando con los chavales, que es a lo que tenía previsto dedicarme cuando me retiré. No quiero estar viajando todo el año, aunque entrenar a Milos me gusta porque es joven y tiene mucha proyección. Se puede decir que con Raonic me ha tocado la lotería».