El Avilés está viviendo el momento más dulce de la temporada tras sumar seis victorias consecutivas y cinco jornadas sin encajar ningún gol. Bango maneja un bloque bastante fijo de quince jugadores, con doce o trece que pueden entrar en el once, y los tiene a todos a su disposición para el partido del próximo domingo (18.00 horas) ante el Candás en el Suárez Puerta.

El dilema para Bango es que vuelve el delantero Miguel, un fijo, y para hacerle hueco tiene que sacrificar a alguien. Hasta ahora fue Milio el sacrificado, pasando Borja Prieto a ocupar parte del espacio en la banda derecha, que queda expedita para las galopadas de Miguel Suárez, pero Milio lleva dos partidos goleando y está en un gran momento. «No voy a quitar a nadie, voy a poner a los once que crea que están mejor. Aquí nadie tiene el puesto garantizado, una cosa es que haya jugadores que jueguen todo conmigo porque entrenan bien, hacen una buena función en el equipo y tienen un buen rendimiento, pero quitar no se quita a nadie. Yo si quito a alguien es por castigo y es posible que no juegue más», precisó.

El técnico blanquiazul no ve problema en tener a toda la plantilla bien. «El problema es cuando no hay efectivos y no se puede hacer un once de garantías o cuando tienen que jugar futbolistas que no están bien físicamente. Y no es el caso, porque todos los que salen compiten bien y tienen buena condición física. Yo estoy encantado», precisó. Bango reconoce que puede haber cambios en el once respecto al que venció (0-4) en Les Caleyes al Lealtad. «Puede haber la duda de un hombre o dos, que se despejará conforme pase la semana», explicó.

El entrenador está muy satisfecho del rendimiento del equipo durante la primera parte en Villaviciosa, «la segunda no me sirvió para nada», precisó, aunque echó en falta «ser un poco más consistentes en la zona frontal defensiva del área, que es la más peligrosa y en algunos casos la hemos desprotegido». En todo caso, Bango valora la evolución del equipo. «Lo importante es que siga demostrando esa imagen de contundencia y de estar preparado para competir, aunque es lógico, y muy posible, que hasta el final haya un resultado adverso».

Y es que el técnico no quiere que sus jugadores se desconcentren si hay un traspiés. «Pensamos que estamos en un buen momento, aunque tenemos que aumentar el rendimiento, y no sería bueno que por un mal resultado se puedan poner en tela de juicio nuestras opciones al final de Liga, que es lo que interesa».

Bango defiende que la buena racha no es casual. «Creo que mantuvimos esta dinámica en más del 50 por ciento de los partidos. Hubo un inicio de adaptación de seis o siete semanas y después de las vacaciones de Navidad vino un bajón, pero en un mínimo de 20 jornadas el equipo ha estado contento y serio. Hemos mejorado y esperamos que nuestro mes tonto ya haya pasado».

El Avilés es segundo con 67 puntos, pero Bango dice que no hay datos para valorar si la situación es la mejor posible. «Podría decir que todo va muy bien porque el equipo tiene más puntos que en toda la Liga el año pasado (55), pero eso sería engañar a la afición. Hicimos un equipo nuevo, que es complicado incluso para los jugadores, y no tenemos el baremo para comparar, aunque no hay duda de que estamos por encima de las expectativas iniciales», comentó, y añadió: «Estoy bastante contento porque hace dos meses se generaron ciertas dudas que por suerte el equipo supo quitar de en medio y afianzarse en un rendimiento, una efectividad y una competitividad muy buenos».

A falta de nueve jornadas para concluir la Liga, Bango dice que el proyecto aún no está consolidado. «Un año es poco tiempo por dos motivos: uno porque se parte de cero; cuando acabe el año veremos las carencias del equipo y lo que podemos mejorar. Y lo segundo, es lógico que haya pasos atrás en la asimilación de conceptos tácticos y técnicos, y eso es más normal en el primer año que en el segundo», concluyó.