A veces, el calendario también da ciertas ventajas. Perder en Cuenca tras una mala imagen y con una extraña actuación arbitral es una de esas situaciones que invita a darle vueltas al tema durante siete largos días. Justo hasta que llega el siguiente rival. Esta vez, la visita del Albacete no da lugar para los lamentos. Ni por la premura en preparar la cita ni por la entidad del rival.

«El partido más importante del año». Aitor Sanz se encarga de ponerle título al encuentro entre Oviedo y Albacete (domingo, a las 19.00 horas en el Tartiere), en el que hay algo más que tres puntos en juego. La cuarta plaza es una de ellas. Con la derrota aún escociendo en la mente de la expedición azul, las derrotas de Albacete y Tenerife fueron acogidas con satisfacción contenida en el viaje de vuelta de Cuenca. Nada que ver con los efectos contrastados en la afición. Lo que parecía el fin del mundo a las 6 de las tarde se convirtió en una oportunidad de oro algunas horas después. El cálculo es simple: si el Oviedo gana al Albacete en el Tartiere será cuarto.

«Es importante que cuando no ganas, tus rivales tampoco lo hagan porque te hacen ver las cosas desde otra perspectiva. Aunque también nos queda una sensación de no haber aprovechado la oportunidad. Aún dependemos de nosotros mismos», reflexiona Juanma, uniéndose a la propuesta de mirar hacia adelante pasando página de lo ocurrido en Cuenca.

La postura elegida por dos de los pesos pesados del vestuario suena a lema de equipo. Para acabar con los últimos coletazos de la derrota en Cuenca, Pacheta condesó sus esfuerzos en 65 minutos. El técnico se reunió con su plantilla desde las 12.00 hasta las 13.05 en los vestuarios para analizar, siempre con la ayuda del vídeo, las razones que llevaron al Oviedo a dejar escapar otra oportunidad de oro.

«No generamos excesivas ocasiones de gol. Al jugar con uno menos, el equipo se encerró atrás y supo defenderse bien, a excepción de la jugada del gol del Conquense, en la que tuvieron fortuna. Considero injusta la derrota», analiza Aitor Sanz. «Lo lógico era un empate», corrobora Juanma antes de cambiar el discurso y mirar hacia adelante: «Ahora más que nunca necesitamos a nuestra afición. Cuanta más gente acuda al Tartiere el domingo, mejor para nosotros. No tengo ninguna duda de que la afición va a seguir respondiendo como hasta ahora».

En el capítulo médico, Álvaro Cuello puede ser la gran novedad de Pacheta para el partido del domingo. El canterano ya se encuentra recuperado de su sobrecarga en el isquiotibial derecho y está a disposición del técnico. Por su parte, Owona hizo carrera continua y se retiró a los vestuarios, pero se espera que pueda estar disponible para enfrentarse al Albacete. Quien no se empleó junto al resto de la plantilla es Teo. El extremo regresó de Cuenca con una contusión en la tibia y prefirió no ejercitarse. No parece que vaya a tener problemas para jugar. Rubiato siguió con su plan de recuperación y es otra de las dudas que mantiene Pacheta. Cualquier ayuda es poca para el «partido del año», según lo ha bautizado Aitor Sanz.