José Luis Díaz, Xiel, llegó de rebote al banquillo del equipo de División de Honor del Avilés a finales del pasado mes de agosto, pocos días antes de comenzar la Liga ante el Roces. El veterano técnico praviano (69 años) es el director deportivo del club y tomó las riendas del primer juvenil porque su entrenador, Iván González, necesita unas horas de prácticas para obtener el título.

Xiel lleva más de 30 años en los banquillos, logró una veintena de ascensos, (entre ellos el último del Avilés a Segunda B en la temporada 2001-2002 en Santiago de Compostela), y era el elegido por el máximo accionista del club, José María Tejero, para coger el primer equipo tras la marcha de John Clarkson en junio de 2015, pero una inoportuna enfermedad le impidió entrenar aunque una vez recuperado aceptó el cargo de seleccionador asturiano de la Copa de las Regiones UEFA.

-¿Cómo fue el reencuentro con el banquillo?

-Fenomenal. No tenía pensado entrenar por diversas razones, pero la verdad es que me entró otra vez el gusanillo. Está claro que lo que me gusta es entrenar. El banquillo tira mucho, aunque en los cargos directivos también se trabaja bien, pero me gusta mucho menos. Sin duda.

-Empezó por unos meses, ¿le gustaría acabar el año?

-No, no. Iván va a terminar el periodo de prácticas muy pronto y el compromiso era estar yo hasta que los dos entrenadores (Iván y Lucho) tuvieran el título para poder entrenar. Lógicamente van a seguir ellos.

-¿Por qué no hasta el final?

-Eso es cosa de la entidad, pero creo que no debo seguir. El que entrenara yo fue un compromiso, una petición del club para echar una mano en este momento, pero supongo que cuando tengan el título cada uno volvamos a nuestro sitio y ellos continúen con el trabajo que iniciamos.

-¿Cómo trabaja en trío?

-Muy bien. Estoy encantado con ellos porque trabajan muy bien. Ahora intentamos sembrar un poco para que ellos luego lo encaucen bien. Les va a valer lo que estamos haciendo porque cada uno aportamos nuestras ideas y trabajamos muy bien en equipo.

-¿Cómo ve al equipo cuando se ha cumplido el primer cuarto de la competición?

-Sobre todo con muchas ganas de aprender y progresar. El domingo logramos un triunfo muy importante (2-0) ante el Pabellón Ourense, un rival de nuestra Liga que queda a cuatro puntos, y que además nos permitió salir del descenso. Mirando esta semana la clasificación se ven las cosas con más optimismo.

-¿Fue el mejor partido liguero hasta el momento?

-Yo creo que si. Los chavales se entregaron e hicieron un partido muy completo y me alegro mucho por ellos porque eso demuestra que el equipo va a más.

-¿Qué le parece la Liga de División de Honor?

-La verdad es que la estoy conociendo ahora y veo que hay dos ligas. Una la que juegan los ocho primeros que son muy superiores al resto, entre otras muchas razones porque llevan muchos años trabajando desde la base y llegan a los 18 años después de jugar juntos diez años, algo que en el Avilés es impensable. Y luego está la competición de los ocho restantes, que tendremos que pelear muy duro para evitar una de las cuatro plazas de descenso.

-¿Por qué dice que es impensable que en el Avilés los jugadores estén juntos diez años?

-Porque se los llevan muy pronto los equipos punteros, el Sporting y el Oviedo, y luego se juntan en División de Honor. Es lo que hay, lo que tenemos, y hay que pelear con ello. La ilusión mía es que el equipo no descienda porque en esta categoría es donde se ven los buenos futbolistas, los que pueden llegar al primer equipo, porque el paso es más corto que desde otras categorías por la preparación que hay. Y estamos en ello. El equipo está ahora en una línea muy buena y vamos a pelear hasta el final para conseguir el objetivo.

-¿Cuántos repiten de los que subieron el pasado año?

-Sólo dos. El resto llegaron de distintos equipos y es muy complicado acoplar un equipo en estas condiciones para llegar al nivel de los mejores que, como decía, llevan diez años juntos. Lo que intentamos es acelerar el trabajo, hacer grupo en el campo y basar nuestras opciones en el trabajo y el esfuerzo de todos porque en otras cosas nos superan.

-¿Tiene buenos mimbres?

-Si, si. Noto en los chavales que hay mucha mejora porque son muy obedientes, hay mucha disciplina y no pierde nadie de entrenar. Eso es lo que más me anima porque hay un grupo humano muy bueno y con muchas ganas de mejorar. Además, lo que les dices lo asimilan y lo tratan de hacer. En ese sentido estoy encantado con ellos porque se ve que lo que se trabaja por la semana lo tratan de hacer el domingo en el partido. Y creo que eso es lo mejor que le puede pasar a un entrenador, que haya buena disposición, compromiso y máximo esfuerzo. Tenemos carencias en otras cosas que son difíciles de conseguir, pero poco a poco vamos mejorando al equipo.

-¿Es una experiencia interesante a nivel personal?

-Si, mucho. Hacía muchos años que no entrenaba a juveniles y la verdad es que estoy muy ilusionado. Me gusta mucho el trato con ellos sobre todo por su respuesta, que insisto es lo que más me motiva y me anima porque todo el mundo aporta y entrena al máximo juegue más o menos. Y es lo que nos estimula a todos en el Avilés a seguir trabajando con ellos. Saben que si quieren conseguir algo es a base de trabajo, que es como yo concibo el fútbol un día tras otro. Yo siempre les digo que, al igual que en la Universidad tienen unos exámenes periódicos que sólo pueden superar estudiando, en el fútbol hay uno cada semana y para aprobar hay que trabajar duro todos los días en los entrenamientos. Y es un mensaje que cala en ellos.