El Granada superaró por la mínima a Osasuna en una eliminatoria que los andaluces pudieron haber dejado sentenciada, pero en la que fallaron numerosas ocasiones claras y se toparon con varias buenas paradas del meta Mario Fernández.

Tanto Lucas Alcaraz como Joaquín Caparrós reservaron a los futbolistas que suelen utilizar en Liga y formaron con onces iniciales cargados de suplentes habituales en el torneo doméstico, incluso el de Osasuna con tres jugadores del filial: Imanol García, Iván Márquez y Aitor Buñuel.

El equipo rojiblanco dominó por completo, pero bien la falta de acierto, el palo o las intervenciones del portero rojillo dejaron abierta la eliminatoria para la vuelta.