Brillaron en un derbi

Brillaron en un derbi

1929 Repóquer de Barril como presentación. El primer derbi en la Liga se celebra el 24 de febrero de 1929, en Teatinos. Los dos equipos asturianos no logran plaza en Primera y les toca iniciar el camino en Segunda. Y el Oviedo no deja pasar la ocasión de reivindicar su condición de rey en el Principado. Se impone por 6-2 a los rojiblancos en un partido en el que se sale Barril, autor de cinco dianas. El partido marcha igualado 2-2 hasta que en el 70' Barril explota. Anota a los 70, 71, 79 y 89 para dejar el primer derbi en la Liga en el 6-2 final. El checoslovaco Antón Fibver alineó aquella tarde a Óscar; Calichi, Trucha; Mieres, Abdón, Cubano; Chuché, Polón, Urrutia; Barril, Tamargo. Se recaudaron algo más de 7.000 pesetas.

1945 En El Molinón, al ritmo de Pío. El primer derbi en Gijón en Primera división se disputó el 13 de mayor de 1945. Era el cuarto enfrentamiento regional de esa temporada. El Oviedo había ganado en casa y ambos se habían vuelto a cruzar en los octavos de final de la Copa, eliminatoria que superaron los azules tras empatar a cero en Gijón y ganar 2-1 en Oviedo. Había, por tanto, ganas de desquite. Y los de Amadeo Sánchez se quedaron a gusto endosándole a su rival un contundente 6-0, con tres tantos del histórico goleador azul Pío. Curiosamente, el entrenador azul era Meana, histórico sportinguista recordado por ser el primer internacional rojiblanco. En 1948, el Sporting volvía a imponerse en casa (2-1) con un doblete de Pío.

1956 Aloy, el 0-6 azul y un poema. Pocas victorias tan redondas en la casa azul como el 0-6 que el Oviedo le endosó al Sporting el 21 de febrero de 1956, un choque disputado un martes porque el domingo había nevado. Los azules conquistaron El Molinón gracias a un doblete de Lalo, un tanto de Castro y un magnífico Luis Aloy, autor de tres tantos (minutos 6, 7 y 75) que le encumbraron en el escenario con más morbo. Aquel choque se integró en la cultura popular en forma de poesía. Unos versos con sorna que se recitaban en los 50 por las calles de Oviedo: "Apoyáu en el tapial / del campo de Buenavista / lloraba un sportinguista / con una moña mundial. / Alégrate, carbayón, / pues ya pues estar dichosu / porque en El Molinón / dicen que murió el raposu. / Son les coses de la vida, / son les coses del balón, / Perico de pulmonía, / y el Gijón, de indigestión".

1973 La acertada decisión de Sabino Barinaga. En algunas ocasiones, las pizarras decidieron derbis. La mano del entrenador puede ser un factor decisivo en encuentros de tanta tensión. En la 73-74 el factor desequilibrante del Sporting era el talento imprevisible de Megido. Sabino Barinaga, técnico azul, tomó una decisión con riesgo: situar a Uría, por entonces extremo, en el lateral. Debía cubrir al atacante del Sporting. Uría secó a Megido, el Oviedo cerró su meta con eficacia y mató el partido en el área rival. Se impuso con suficiencia, 0-3, gracias a los goles de Marianín, Galán y Jacquet. Pero la victoria se había fraguado en una decisión previa, la de la apuesta de Barinaga. A Uría le esperaría un futuro brillante como lateral.

1977 Quini, Ferrero y una victoria que sirvió un ascenso. La temporada 1975-76 fue mala para el fútbol asturiano. Sus dos principales exponentes descendieron a Segunda División, lo que los convirtió automáticamente en favoritos al ascenso a la campaña siguiente. El caprichoso azar fijó un derbi en Oviedo en la penúltima jornada de Liga, a la que el Sporting llegó como líder y el Oviedo, cuarto, a dos puntos de los rojiblancos. La trigésimo séptima jornada fue redonda para el Sporting, que ganó en Oviedo (1-2) con goles de Quini y Ferrero. El Cádiz empató en Getafe y el Rayo Vallecano perdió en su visita al Sant Andreu. De una tacada, el Sporting ganó el derbi en campo enemigo, certificó matemáticamente su ascenso y su campeonato liguero y dejó al Oviedo sin promocionar.

1980 El repóquer de Gomes. Como en un derbi nunca hay amistosos, Fernando Gómes entró a lo grande en el Sporting. El portugués aterrizó en Gijón con la misión imposible de sustituir a Quini, traspasado al Barcelona ese mismo verano. El delantero, que luego sería "bota de oro" en dos ocasiones tras su regreso al Oporto, derribó cualquier resistencia a su fichaje en su puesta de largo. Fue en Oviedo en un partido de pretemporada (nunca es amistoso si juegan Sporting y Oviedo) que servía de homenaje a Vicente González-Villamil, el club rojiblanco se impuso por un contundente 1-5 y el ariete portugués firmó un llamativo repóquer goleador. Una tendinitis cortó luego la trayectoria de este futbolista en Gijón, donde jugó 33 partidos y anotó 14 goles. Gomes es recordado por aquellos cinco tantos al Oviedo y por el famoso "non podo", que respondía cuando se le preguntaba por su estado físico.

2013 Guerrero, los reyes traen un nuevo ídolo. La historia empieza por el final. El mayor héroe de la rivalidad asturiana desde la óptica rojiblanca es, por encima de todos, Miguel Ángel Guerrero. No es para menos. El delantero toledano se destapó en el día de Reyes de 2013 con un póquer goleador ante el eterno rival. Lo que distingue a Guerrero es que lo consiguió jugando en el filial del Sporting contra el primer equipo azul. Marcó además un póquer perfecto hizo un gol de cabeza, otro con el pie derecho, uno de falta y otro de penalti. Y aún estrelló en el larguero un zurdazo que pudo ser el quinto. Todo ello en el segundo tiempo, porque el Oviedo comenzó ganando aquella tarde en El Molinón con un tanto de Diego Cervero. "Me pitan hasta los taxis por la calle", declaró posteriormente el delantero a LA NUEVA ESPAÑA. También se hizo acreedor de un cántico que le sigue acompañando todavía hoy cuando se cruza con el Sporting: "Guerrero, te quiere, la gente del Tartiere".

2017 El brazalete de Toché, símbolo de un regreso. Catorce años tardó en regresar el derbi por última vez. Catorce años en los que el Oviedo caminó por una cornisa. Muchos le dieron por muerto y anunciaron el fin de los derbis. Pero los azules tenían otra vida extra. De la mano de Carlos Slim, el Oviedo regresó a Segunda y se enfrentó en la cuarta jornada de esta campaña al Sporting en El Molinón. Carmona adelantó a los rojiblancos en la primera mitad pero los azules respondieron con entereza. A cinco minutos del final llegó el premio a los visitantes. Un balón suelto en el área y un delantero con la sana costumbre de estar en el lugar adecuado. Toché empujó a la red el 1-1 y se dirigió a la grada. Se sacó el brazalete y lo lució, extendido, con orgullo. "En ese brazalete íbamos todos los oviedistas", explicó después el murciano como clave de la que va camino de ser una recordada celebración.

Sus errores les condenaron

Sus errores les condenaron1929 Arcadio, Óscar y Adolfo: la pelea que abre las hostilidades. El primer duelo entre ambos en la Liga en El Molinón inaugura el capítulo de las polémicas. Los azules, que en el partido de la primera vuelta se había impuesto por 6-2, se niegan a salir en el segundo tiempo con el argumento de que el sportinguista Arcadio había agredido al meta carbayón Óscar. El rojiblanco aduce que el guardameta había pegado antes a su hermano, también futbolista, Adolfo. Las tensiones se rebajan y el Oviedo regresa al campo. El Sporting se lleva ese derbi por 3-2, el que inaugura las tensiones entre los dos grandes del fútbol asturiano.

1933 Menchaca, el primer árbitro en la diana. Joaquín Menchaca, árbitro gijonés, es el elegido para dirigir el derbi. El Oviedo solicita, sin éxito, su renuncia. El partido acaba 3-3 y los dirigentes azules montan en cólera al final del choque. Piden formalmente la inhabilitación a perpetuidad de Menchaca centrando su crítica en tres acciones puntuales: una mano en el área rojiblanca, un gol visitante en fuera de juego y la decisión de acabar el partido 7 minutos antes del tiempo reglamentario. El colegiado denunció una invasión de campo y las protestas en los vestuarios de los dirigentes Carlos Tartiere y Pedro Miñor. El Comité desestima la protesta carbayona e impone a los azules una multa de 1.200 pesetas.

1977 Dujkovic y la eterna sospecha. Ratomir Dujkovic fue un sobrio guardameta yugoslavo que llegó a Oviedo en 1974 para hacerse con el puesto de titular. En la penúltima jornada de la 76-77 protagonizó una acción que marcaría su paso como azul. Fue, cómo no, en un derbi, 29 de mayo de 1977, que empezó con buena cara para los azules: gol de Alarcón. El Sporting iguala en la acción recordada, un córner que llega a la cabeza de Quini, que remata con escasa fe. Pero Dujkovic no está fino, falla y el balón se le resbala por el antebrazo y acaba en la red. El empate da alas al Sporting, que hace el segundo con una volea de Ferrero. Ese 1-2 dilapida las opciones carbayonas de ascenso. La leyenda urbana que nace de esa acción habla de que el serbio se dejó marcar. Pero ahí se queda, en leyenda urbana, un capítulo más de la literatura del duelo asturiano. "A alguien había que echarle la culpa", zanjaba el debate años después el balcánico con resignación.

1995 Bango, gol en propia y expulsión. La carrera del centrocampista gijonés se ha asociado siempre al Oviedo, donde desarrolló buena parte de ella, en dos etapas bien distintas. Tras su paso por el Sevilla, tuvo una estancia de tres años en el equipo de su ciudad, el Sporting, donde nunca se le perdonó del todo su pasado azul. Para colmo, Bango no tuvo demasiada fortuna en los derbis que jugó como rojiblanco. Especialmente dura fue la temporada 1995-96, la primera en Gijón. En el partido de ida, en el Carlos Tartiere, desvió un balón hacia su propia portería que sorprendió a Ablanedo y supuso el gol de la victoria (1-0) en el minuto 89 del encuentro. En la vuelta, en El Molinón, Bango fue expulsado por roja directa en el minuto 26, dos minutos después de que los fuese Dani Bouzas por doble amarilla, con lo que el Sporting jugó 65 minutos con nueve futbolistas. Un gol de Carlos en el minuto 47, dio la victoria por la mínima al conjunto azul. Bango pudo desquitarse en la temporada 1997-98, cuando un gol suyo adelantó al Sporting en El Molinón, pero el Oviedo remontó con goles de Juan González y Dely Valdés. También con la camiseta azul le hizo daño al Sporting. Un gol suyo en el Tartiere dio la victoria por la mínima al Oviedo en la temporada 1991-92.

1998 Nikiforov, gol 1.500... del Oviedo. La temporada 1997-98 es de infausto recuerdo para el sportinguismo. Su equipo protagonizó un vergonzoso descenso a Segunda División. Ni siquiera los derbis brindaron una alegría a la sufrida hinchada rojiblanca, aunque el último de ellos, el que se disputó en el Carlos Tartiere, sí podría haberlo hecho de no ser por el fario que tuvo el central rojiblanco Yuri Nikiforov. El Sporting se adelantó pronto en el marcador con un gol de Kaiku a los ocho minutos. La alegría duró muy poco. Al paso por el cuarto de hora, Nikiforov impulsó un centro del lateral macedonio Stojkovski hacia su propia portería que, al igual que sucedió con el gol de Bango unos años antes, superó al portero Ablanedo. Para un equipo en plena depresión, este golpe fue demasiado y el panameño Dely Valdés dio la puntilla a l equipo rojiblanco en los minutos finales del encuentro. Para colmo, el tanto de Nikiforov supuso el gol 1.500 del Oviedo.

2001 Onopko, roja por una furia incontrolable. Los que jugaron con Viktor Onopko aseguran que cuando se le hinchaba la vena era mejor ponerse a salvo. El fantástico jugador ruso no tuvo en Oviedo el final de trayectoria que merecía por su clase. Su temporada en Segunda estuvo salpicada por las expulsiones. Algunas, como la que vio en el derbi, evitables. El Oviedo llegaba a aquel derbi, jornada 11.ª, luchando por el liderato, como favorito indiscutible. El Tartiere solo pensaba en el triunfo. Lozano adelanta a los visitantes pero las cosas se igualan con el penalti y la expulsión de Dorado. Geni falla y el Oviedo debe remar, aunque tiene un jugador más. Las fuerzas se igualan con un exceso de ímpetu de Onopko, que a los 44´ ve la segunda amarilla y es expulsado. El ruso dispone de una falta a favor, el Oviedo la saca en corto, se le va largo el control y al ir al suelo se pasa de frenada. Segunda amarilla. El golpe mina al Oviedo. Villa hace el segundo tras una contra y le da una victoria deseada al sportinguismo.

2003 Pablo Álvarez se da contra Paredes. Vaya por adelantado que el partido estaba cuesta arriba ya para el Sporting. Geni y Villa habían marcado en sendos penaltis y, cuando Oli volvió a adelantar al Oviedo, una de las gradas del Carlos Tartiere cedió. El derbi, queda claro, estaba encendido. El Sporting remaba para intentar igualar la contienda, pero las opciones se fue al garete con la expulsión de Pablo Álvarez, seguramente uno de los tipos más tranquilos que ha vestido la camiseta del Sporting en los últimos años. Como el mejor escribano echa un borrón, perdió los nervios, cayó en la provocación de Paredes (reconocida posteriormente por el lateral el Oviedo en varias entrevistas) y cargó contra él con la cabeza. Paredes se fue al suelo entre grandes gestos de dolor. La acción de Pablo Álvarez fue mucho más visible que la provocación previa y Delgado Ferreiro no dudo en mostrarle al extremo del Sporting una tarjeta roja directa que lo sacó del partido. El equipo rojiblanco siguió intentando empatar, pero el partido ya se le puso cuesta arriba. El Oviedo ganó 2-1. Pablo Álvarez quedó visiblemente abatido tras aquella acción y evitó siempre valorar la actitud de Paredes quien, en cambio, habló con naturalidad de cómo había provocado al asturiano y concluyó que "el fútbol es para listos".