Madrid

El presidente Zapatero y el líder del PP, Mariano Rajoy, se reunieron ayer en la Moncloa para abordar la situación tras el atentado del pasado día 30 en Barajas, con el que ETA rompió el alto el fuego y volvió a asesinar. Hora y cuarto de reunión en la que las posturas no se han acercado en absoluto. Zapatero ofreció a Rajoy «diálogo permanente» para lograr la unidad de todos los partidos, pero el líder de la oposición dejó claro que no se moverá ni un milímetro del Pacto Antiterrorista suscrito por el PP y el PSOE en 2000. Rajoy exigió al Presidente que rectifique y regrese a ese pacto que, a su entender, ya está abierto al resto de fuerzas políticas, que son las que deben adaptarse al mismo.

El encuentro, que se gestó el pasado viernes con una llamada de teléfono de Zapatero a Rajoy -al que quería recibir antes de que Rubalcaba inicie hoy la ronda de contactos con todos los grupos parlamentarios- se fijó por sorpresa para el mediodía de ayer y, como ocurrió tras su reunión del pasado 22 de diciembre, parece que no ha servido para mucho.

Como sucedió en aquella ocasión, no fue Zapatero, sino la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, la que compareció ante los medios para informar sobre el encuentro. De la Vega afirmó que Rajoy hizo «oídos sordos» a «esta nueva oferta de diálogo». «Será su responsabilidad si dice otra vez que no, y hará un flaco favor a los intereses generales y a su propio partido», advirtió.

De la Vega afirmó que el líder de la oposición tiene «toda la información» sobre la estrategia del Gobierno en materia antiterrorista, y que se fundamenta en tres principios: «firmeza», «unidad democrática» y «utilización de todos los instrumentos del Estado de derecho para acabar con la violencia». Cuando se le preguntó si Zapatero descarta de manera absoluta reabrir el diálogo con ETA en el futuro, respondió que «hoy» «está roto» y que «lo ha roto» la banda. «El Gobierno no trabaja con hipótesis ni escenarios virtuales. Todas las vías con ETA están rotas», remachó.

En cuanto a la vuelta al Pacto Antiterrorista que reclama insistentemente el PP, De la Vega destacó que fue «el propio Zapatero el que lo promovió». «Quizás, es posible que a veces la actitud de los conversos requiera más insistencia para defender aquello en lo que no creyeron», afirmó la Vicepresidenta, que en todo caso subrayó que dicho acuerdo fue suscrito en el año 2000, por lo que puede ser necesario revisarlo. «Estamos en 2006, han pasado cosas, hay que hablar y reflexionar, y es lo que el Presidente está ofreciendo al líder de la oposición», apuntó.

El pacto no se toca

Rajoy, por su parte, dijo no haber salido con «las ideas claras» de la Moncloa sobre lo que ha ocurrido en los últimos meses ni lo que pretende hacer el Gobierno en el futuro. «Hoy yo no me he ido de Moncloa con las ideas claras de por qué pasó lo que pasó, ni qué quiere hacer el Presidente en los próximos meses», afirmó desde la sede de su partido en Génova, hasta donde se trasladó como hiciera tras el último encuentro con Zapatero para escenificar, aún más, si cabe, su distanciamiento con el Gobierno.

Advirtió que la hora y cuarto de reunión de ayer con el Presidente «no sustituye ni puede hacerlo la necesaria comparecencia de Zapatero ante el Parlamento». En ella, además de explicar «qué ha ocurrido» en los últimos meses, debe utilizar su comparecencia para referirse al futuro y explicar si se va a seguir por la senda del «diálogo» y la «negociación» o, por el contrario, se recupera la filosofía del Pacto Antiterrorista.

En cuanto al llamamiento del Presidente a la unidad de todas las fuerzas democráticas para hacer frente a ETA, Rajoy señaló que «la unidad de los españoles, de los demócratas y el Pacto son lo mismo». En este sentido, señaló que el atentado de Barajas evidencia que «las cosas no han salido bien» y que la ruptura «unilateral» del Pacto Antiterrorista no ha dado sus frutos. «Lo sensato es rectificar y regresar al pacto. Estamos a tiempo», advirtió.

Un acuerdo del que el PP no quiere tocar ni una coma. Peguntado si su partido estaría dispuesto a aceptar cambios en el preámbulo para conseguir la adhesión de otras fuerzas políticas, sobre todo de los nacionalistas, Rajoy respondió que el pacto es ya «un instrumento muy claro y eficaz» y que los «esfuerzos» hay que pedírselos «también a los demás». En este punto, aseguró que este texto «no está cerrado» a ninguna fuerza política que quiera sumarse al mismo, que cuenta con el apoyo del 90 por ciento de los ciudadanos y es «el instrumento más útil que se ha conocido contra ETA».

Por otra parte, el presidente Zapatero se reafirmó ante la ejecutiva del PSOE de los pasos dados por su Gobierno tras el anuncio de alto el fuego de ETA el pasado marzo, y recibió el apoyo unánime de la dirección del partido después del atentado de Barajas. Subrayó que durante estos meses ha dado los pasos que tenía que dar y que, al igual que hicieron anteriores gobiernos, ha intentado explorar las posibilidades de paz definitiva que se abrían tras el alto el fuego que declaró la banda.

Zapatero responsabilizó únicamente a los terroristas de la ruptura del proceso -»ETA ha puesto el punto final», dijo- y aseguró que ha actuado en todo momento de manera prudente. Nadie en la ejecutiva expresó discrepancias ni críticas al Gobierno. El Presidente subrayó que la paz es su empeño y que la política es fundamental para acabar con el terrorismo. Llamó a la dirección del PSOE, en la que no hubo autocrítica, a trabajar por la unidad, incluyendo al PP.

Después del atentado de Barajas, el PP recorta puntos al PSOE en intención de voto, lo que produce un empate técnico, según los sondeos de Metroscopia y de Sigma Dos. El sondeo que publica «ABC» da al PSOE obtendría un 41,1 por ciento de los apoyos frente al 40,4 por ciento del PP. La encuesta de «El Mundo» ganaría con medio punto de ventaja al obtener un 40,7% frente al 40,2% de los socialistas.