Madrid

El entorno del líder del PP, Mariano Rajoy, está «muy satisfecho» por el «golpe en la mesa» que dio el sábado en Elche el presidente popular en relación con la crisis de liderazgo abierta en el partido por la derrota electoral y ante el congreso que los populares celebrarán en junio para dirimir quién los dirigirá.

Sin embargo, en el círculo más afín a la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, se considera que Rajoy se excedió al invitarla, sin nombrala, a abandonar el partido popular e irse a un partido liberal o conservador. Además, Rajoy la acusó, sin citarlos, de estar impulsada por el diario «El Mundo» y por la emisora de radio Cope.

Por último, defendió que en el PP caben liberales, democristianos y socialdemócratas, en alusión a la afirmación de Aguirre, la pasada semana, de que estos últimos son los que más cómodos se sienten con Rajoy.

En el entorno de Aguirre se insiste en que la intervención de Rajoy sorprendió, ya que no se esperaba tanta dureza, y se subraya que el líder del PP debería dirigir sus críticas al jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y no a la presidenta madrileña.

«Se excedió», es el sentimiento expresado a la agencia «Efe» por estas fuentes, que rechazan entrar en el enfrentamiento dialéctico con Rajoy más allá de las declaraciones del número dos de la presidenta madrileña, Ignacio González, quien el mismo sábado, tras la intervención de Rajoy, se preguntó: «¿Qué sería del PP si se marchan liberales y conservadores?»

Añaden los próximos a Aguirre que si ésta tiene algo que replicar, lo hará personalmente, tal vez hoy, lunes, al finalizar la reunión que tiene prevista en Madrid con el presidente valenciano, Francisco Camps, para hablar de diversas cuestiones de interés para ambas Comunidades, como el AVE Madrid-Valencia, el agua, la seguridad y la financiación autonómica. También tendrá una segunda oportunidad al final de la jornada, cuando acuda como invitada al programa «59 segundos» de Televisión Española.

Desde el bando de Rajoy se explica que el líder popular decidió tener una intervención tan «contundente» a la vista de cómo estaban evolucionando los acontecimientos en los últimos días.

«Rajoy ha querido dejar claro que está con ganas de debatir sobre las ideas, pero ese debate no ha faltado en ningún momento en los últimos años y todo el que hubiera tenido algo que decir lo podría haber planteado sin ningún tipo de cortapisa», añaden las fuentes, que rechazan que el presidente del PP se vaya a aislar y a asistir como mero espectador a lo que suceda en los prolegómenos del Congreso del partido.

Pero advierten de que no se puede esperar que, a partir de ahora, todas sus intervenciones públicas tengan «los mismos destinatarios» ni «el mismo tono», porque eso tampoco sería bueno para el PP.