Madrid

El Ayuntamiento de Coslada había recibido quejas verbales de dueños de bares y de vecinos sobre la actuación de algunos policías locales, pero no se interpusieron denuncias, por lo que el Consistorio no actuó a pesar de que sabía que las actas de inspección no se cumplimentaban adecuadamente.

Así lo explicó ayer el concejal de Seguridad y teniente de alcalde de Coslada, Antonio Murillo, que compareció en conferencia de prensa junto al alcalde, Ángel Viveros. Murillo anunció que a los imputados por extorsión se les suspenderá de empleo y sueldo «en cuanto haya una decisión judicial».

El concejal dijo que la operación policial ha sorprendido al Ayuntamiento, aunque ha reconocido que «había rumores». El Ayuntamiento también había recibido denuncias de algunos sindicatos policiales, pero únicamente por problemas de relaciones laborales, según el concejal.

Murillo reconoció que «había una jerarquía y un personalismo excesivo en el Cuerpo, porque no existían cargos intermedios», y por eso, dijo, se está preparando una promoción para incluir a diez sargentos y oficiales. Relató que en los últimos meses se había detectado que en las actas de inspección de los bares y locales de copas «había mucha subjetividad».