La fiscalía de la Audiencia Nacional ha elevado de 900 a 1.120 años su petición de cárcel para los tres etarras que perpetraron el atentado de la T-4 en 2006, al considerar que la cifra de heridos es de 52, y no 41, como estimó al principio. Además, los peritos creen que hay un 98% de probabilidad de que Igor Portu fuera el etarra que hizo las llamadas en las que ETA avisó de la colocación de la furgoneta-bomba.