La Junta Electoral Central declaró a última hora de anoche ilegal la manifestación convocada horas antes por los indignados de la Puerta del Sol para mañana, sábado, jornada de reflexión previa a la celebración de las elecciones autonómicas y municipales del domingo.

Las acampadas en la madrileña la Puerta del Sol en Madrid y en decenas de ciudades quedan prohibidas para mañana y también para la jornada de votaciones del domingo. La decisión fue aprobada por cinco votos a favor, cuatro en contra y una abstención tras horas de interminables deliberaciones en medio de la división más absoluta de los ocho magistrados del Tribunal Supremo y los cinco catedráticos que integran la JEC.

Los magistrados del Tribunal Supremo Luciano Varela y José Manuel Maza han anunciado votos particulares discrepantes. La prohibición se conoció a última hora de la quinta jornada de protestas masivas en la Puerta de Sol, donde horas antes, el movimiento asambleario del 15-M había decidido mantener la protesta hasta el domingo y convocar una manifestación para mañana, coincidiendo con la jornada de reflexión, y todo ello sin esperar a que la JEC se pronunciara.

Horas antes, el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, había asegurado que la Policía actuará con rigor, profesionalidad y proporcionalidad. Los principales sindicatos policiales consideraron un disparate desalojar Sol y destacaron lo pacífico y heterogéneo de la protesta. El titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, había dicho que las fuerzas de seguridad buscan resolver problemas y no crear más.

La decisión de la Junta Electoral que ahora deberán secundar las provinciales choca con la doctrina del Tribunal Constitucional, que estima que sólo pueden prohibirse manifestaciones en campaña si su fin es captar votos y no son de un partido.

Mientras, lejos de atenuarse, la protesta sigue creciendo. Una marea humana volvió a llenar la Puerta del Sol para exigir un cambio político y social. Los indignados aprobaron en asambleas exigir la reforma de la ley Electoral, la atención de los derechos básicos, la abolición de leyes «injustas» y reformas en el ámbito económico y fiscal con subida de impuestos a los ricos. Quieren además listas abiertas, «limpias y libres» de imputados y una circunscripción única, «que refleje un estado proporcional al número de votos». También reclaman la separación de la Iglesia y el Estado y sindicatos independientes.

El presidente Zapatero dijo que hay que ser sensible a las peticiones porque hay mucho descontento. Rajoy mostró compresión, dado el paro.