El ex presidente de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, pidió ayer a los «indignados» españoles que participan en acampadas en Cataluña que se vayan a «mear, pintar, abroncar e insultar allí donde les corresponde: a su país».

En un artículo Carod dice que los «indignados españoles» han ocupado plazas en España y, «en un gesto de internacionalismo inusitado, también de los Países Catalanes. Han plantado aquí sus tiendas, han pintado sus pancartas mayoritariamente en castellano y se han expresado públicamente en este idioma, eso sí, para que nos entendamos todos, para no hacer divisiones entre nosotros y para no dejar entrar el nacionalismo en la acampada», añadió.

En vísperas de la manifestación internacional de mañana, domingo, el movimiento de los «indignados» se ha desmarcado de la violencia con la que actuaron algunos de los concentrados ante el Parlament de Cataluña, mientras que la Policía rastrea imágenes de prensa e internet para identificar a los alborotadores.

Los cinco detenidos que ayer pasaron a disposición judicial han quedado en libertad acusados de los delitos de desobediencia y resistencia a la autoridad. El fiscal general, Cándido Conde-Pumpido, advirtió de que responderá con tolerancia cero ante cualquier ataque violento a las instituciones.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que la Policía responderá con «firmeza» a quienes «lo quieran hacer mal» mañana en la manifestación de Madrid. Mil agentes velarán por la seguridad y se blindarán los accesos al Congreso de los Diputados. Mas de quinientos policías intentarán detectar a los violentos.

Stéphane Hessel, autor del libro «¡Indignaos!», que inspiró el movimiento de protesta surgido en España, advirtió a los españoles de que «cuando comienzas a moverte la violencia es una tentación» en la que no hay que caer.