El presidente de Empresarios de Cataluña, Josep Bou, denunció ayer que desde que se ha iniciado el proceso soberanista "casi mil empresas se han deslocalizado" e hizo un llamamiento para que el 27-S "muchos catalanes que nunca han ido a votar" lo hagan por "partidos constitucionalistas".

"Los empresarios ya tenemos datos del daño que ha causado Artur Mas y no queremos pensar lo que sería la independencia, sería un verdadero desastre" sentenció. Bou añadió que a los mercados "les horroriza" la "locura de desgarrar Cataluña de España" y que "los inversores desaparecen cuando se escuchan estas cosas" en boca de los separatistas". "Se han cargado el espíritu de la burguesía catalana y del catalanismo moderado" , dijo en alusión a CiU y sus compañeros de viaje.

Josep Bou destacó que "hasta ahora a los empresarios no les ha interesado la política" porque "iban, daban la cara y aplaudían" a los gobiernos nacionalistas que se constituían en Cataluña, pero que ahora "van a regañadientes" y las grandes corporaciones ya se han posicionado en contra de la independencia .

En esta línea, el presidente de Empresarios de Cataluña admitió que algunas compañías apoyaron en algún momento a los nacionalistas, pero que ahora "las 10 empresas más grandes en Cataluña tienen parte de su negocio y del mercado en diferentes puntos de España". "Han jugado con fuego, no pensaban que esto iría tan lejos. Todo esto ha sido un disparate que han tolerado grandes entidades con poder económico, financiero y empresarial, pero si ellos pudieran rebobinar, rebobinarían", subrayó.

Bou acusó a los separatistas de "confundir a Cataluña con el nacionalismo" y de decir a toda España que "todos los catalanes son nacionalistas" y que "Mas era un mesías". Con todo, aseguró que en el mundo empresarial hay "preocupación" porque "algo no está funcionando en la clase política nacionalista". Prueba de ello es que Artur Mas "escogió el camino de la derrota" y montó un "pandemonio" para "no tener que dar explicaciones".

Por último, CiU, ERC y CUP han forzado una votación para que el Ayuntamiento de Barcelona se adhiera a la independencia. Para ello, se precisa mayoría absoluta y ERC pide el voto de Colau y BComú.