El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, relevará a la dimitida Arantza Quiroga en la presidencia del País Vasco, de resultas del acuerdo alcanzado ayer entre los tres dirigentes territoriales populares de Euskadi, en consulta con la dirección nacional. Alonso, que seguirá al frente del Ministerio y ya presidía el PP alavés, recupera así el poder perdido en 2014 cuando la donostiarra Quiroga, elegida en 2013 con el apoyo de Madrid, decidió prescindir del secretario general, Iñaki Oyarzábal -también alavés y uno de sus hombres en el País Vasco-, en favor de la vizcaína Nerea Llanos, que ahora seguirá como secretaria general.

La elección de Alonso, peso pesado del PP vasco, permite cerrar deprisa la brecha abierta por la renuncia de Quiroga, cuyo nombramiento fue considerado en su día una apuesta de Madrid, producto de un delicado compromiso que se rompió con la caída de Oyarzábal.

Quiroga dimitió el miércoles, seis días después de tener que retirar del Parlamento vasco una polémica moción para impulsar la paz y la convivencia en la que, con el objetivo de incluir a los abertzales de Bildu, sustituía la tradicional exigencia popular de condena del terrorismo por el rechazo de la violencia. La moción de Quiroga, al parecer nunca pactada con Madrid, suscitó una profunda división en los populares vascos y fue desautorizada por Alonso.

El nuevo presidente de los populares vascos, de 48 años, fue alcalde de Vitoria entre 1999 y 2007, y está considerado un experto en apagar fuegos. Pese a llevar en Madrid desde 2008 nunca perdió su influencia en el PP vasco. En el Congreso de los Diputados fue "número dos" del grupo parlamentario popular entre 2008 y 2011, a las órdenes de Soraya Sáenz de Santamaría. Tras el salto de esta a la Vicepresidencia del Gobierno, en 2011, Alonso se encargó del grupo parlamentario hasta que, en diciembre de 2014, fue nombrado ministro de Sanidad en sustitución de Ana Mato, salpicada por la "red Gurtel" de corrupción.

Además de buscar un cierre rápido y sólido de la crisis vasca, la elección de Alonso pretende apagar los fuegos que el miércoles parecieron apoderarse del PP, al sumarse a la dimisión de Quiroga, la entrevista periodística en la que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, criticaba al expresidente Aznar y al ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, y el rifirrafe en el que este último fue desautorizado en el Congreso por su presidente, Jesús Posada, tras un duro choque con un parlamentario catalán. El "miércoles negro" se completó con un artículo de la diputada Cayetana Álvarez de Toledo en el que criticaba al Gobierno y renunciaba a ser candidata en las legislativas.

El presidente Rajoy aprovechó el relevo vasco para proclamar que "en absoluto" se puede decir que el PP esté en crisis y aseguró que, a pesar de los acontecimientos del miércoles, está seguro de que los populares son la fuerza política que puede ganar las elecciones generales del 20-D. Rajoy añadió que entiende la dimisión de Quiroga y consideró normales los cambios en los populares vascos.