Luz verde a la investidura de Mariano Rajoy, en Ferraz. El Comité Federal del PSOE ha aprobado este domingo abstenerse en la segunda votación de investidura del candidato del PP, tras una votación con una diferencia holgada a favor de las tesis que mantenían los principales barones territoriales del partido: 139 votos a favor de la abstención por 96 en contra.

Más del 59 por ciento de los delegados se han pronunciado en contra de la celebración de unas terceras elecciones, con el principal argumento de que podrían debilitar aún más la oposición que pueda plantear el PSOE al Gobierno del centro derecha.

"Ha habido un debate duro y con respeto", valoró el presidente de la gestora, el asturiano Javier Fernández, al término del cónclave socialista, quien reconoció que , por el momento, no ha pensado en la fecha para celebrar el Congreso Federal.

La gestora tras superar este primer examen debe afrontar antes nuevos retos, como mantener la cohesión y la disciplina de voto en el Grupo Parlamentario en el Congreso, que han cuestionado,entre otros, el catalán Miquel Iceta.

Será la primera vez en democracia que los socialistas entreguen, de forma pasiva, el gobierno al PP, después de que los partidarios de la abstención hayan enterrado el "no es no" que Pedro Sánchez abanderó hasta que tuvo que dimitir hace tres semanas.

Con una mayoría bastante holgada -139 votos frente a 96-, abanderada por Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Aragón, el Comité Federal ha acordado pronunciarse en contra de Rajoy en la primera votación y abstenerse en la segunda tras un intenso debate de cuatro horas que ha dejado patente la fractura del partido.

El presidente de la gestora, Javier Fernández, ha rechazado que haya una abstención mínima de once diputados, los suficientes para investir a Rajoy, postura compartida por la andaluza Susana Díaz.

Fernández ha dejado claro que es "algo imperativo" que los 84 diputados socialistas, incluidos los del PSC, acaten el mandato del máximo órgano.

Su plan es tratar de persuadir al PSC y a otros diputados remisos de que vean que la abstención es lo mejor para todos "de corazón", también para los socialistas catalanes, porque no es "algo vergonzante", ni supone apoyar al PP.

Iceta pide a la gestora que "sea sensible e inteligente" con la posición del PSC

Iceta pide a la gestora que "sea sensible e inteligente" con la posición del PSC

El acuerdo del Comité complica mucho las relaciones con el PSC, que insiste en su órdago de no dejar que gobierne el PP, lo que pretende ratificar el próximo martes en su Consell Nacional.

Su líder, Miquel Iceta, rogó a Fernández que la gestión que se haga de la abstención sea "sensible, inteligente y comprensiva" con la posición política de los socialistas en Cataluña, porque quiere seguir "caminando juntos".

Los otros dirigentes 'sanchistas' que han defendido el 'no' hasta el final convenieron con Iceta en reclamar a la gestora que administre con "inteligencia" la traslación al grupo de la decisión del máximo órgano con el fin de no ahondar más en el cisma interno.

El riojano César Luena, la madrileña Sara Hernández o el castellanoleonés Luis Tudanca confiaron en que no se obligue a votar en bloque la abstención, aunque no han concretado ninguna fórmula alternativa.

Sí aportaron una vía para no dividir más el grupo el exministro Josep Borrell y José Antonio Pérez Tapias, proclives a que los diputados puedan "votar en conciencia".

De los presidentes autonómicos partidarios del desbloqueo y descontando a Fernández, solo intervinieron Díaz y el extremeño Guillermo Fernández Díaz, puesto que los que gobiernan gracias a acuerdos con Podemos, prefirieron guardar silencio.

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Díaz, que no pronunció la palabra abstención, se mostró convencida de que el PSC será obediente.

También llamó a los socialistas a preservar la "unidad" para mantener un partido mayoritario, porque de no plantar a cara a Podemos, el PSOE terminará como "una Izquierda Unida grande".

Frente a la brecha de la que alertan los críticos entre la gestora y la militancia, la andaluza se mostró convencida de que la recuperación interna del partido va "más rápido de lo que parece" tras la convulsión que sufrió en el anterior Comité Federal.

El exlíder del PSOE Pedro Sánchez no acudió a la reunión, a pesar de tener voz en el Comité Federal como sus antecesores, pero nada más acabar la misma, escribió un mensaje en Twitter en el que da a entender que no tira la toalla.

"Pronto llegará el momento en que la militancia recupere y reconstruya su PSOE. Un PSOE autónomo, alejado del PP, donde la base decida. Fuerza", proclamó el impulsor del 'no es no'.

El que fue su principal escudero, el portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, ha consumado este domingo su giro a la abstención, si bien no ha podido estar en la votación al tener que acudir a la boda de su hermana, donde era el padrino.

Aunque la división ha marcado todo el Comité, los socialistas han sido capaces al menos de recuperar las formas y debatir a puerta cerrada de forma más sosegada a como hace tres semanas, cuando los reproches llegaron a convertirse, incluso, en gritos y llantos.

Fernández valoró que tras lo "bochornoso" de aquel encuentro, la discusión discurriera con "dureza, pero con respeto".

La reunión comenzó con la elección del exministro José Blanco como presidente de la Mesa del Comité Federal y de las otras dos vocales, Carmen Madrid y Mariola López, aunque los 'sanchistas' se han quejado de que no hubiera consenso.

Con mano de hierro, Blanco dirigió el debate, que acotó a unas tres horas y media con intervenciones que no fueran más allá de los cinco minutos.

La eurodiputada Elena Valenciano abrió el foro defendiendo la propuesta de la abstención que finalmente se ha votado.

El PSOE vasco replicó con otra resolución favorable al no, pero finalmente, ha renunciado a que se sometiera a votación.

La diferencia entre el Comité de este domingo y el de hace tres semanas se notó también fuera de la sede de la calle Ferraz, donde no se repitió el ambiente cargado de hace tres semanas, cuando cientos de personas se manifestaron durante horas y horas en medio de un profundo malestar.

En esta ocasión, la afluencia de afiliados y simpatizantes contrarios a la abstención fue muy escasa y apenas sobrepasó la treintena, en muchos momentos apagados por la lluvia.