El soberanismo retrocede en Cataluña y, en el caso de una hipotética consulta, quienes rechazan la independencia se impondrían por un margen mínimo a quienes quieren la "desconexión" de España. El último barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat concluye que ahora existe un "empate técnico" entre partidarios y detractores de la independencia, con una ligera ventaja del 'no' (45,1 %) frente al 'sí', cuyos partidarios retroceden desde el 47,7 por ciento de junio al 44,9 por ciento, casi tres puntos menos.

El director del CEO, Jordi Argelaguet, explicaba ayer que hay un 9,9 por ciento que no sabe o no contesta sobre la cuestión, porcentaje que sería clave para determinar el resultado de un eventual referéndum sobre la independencia de Cataluña. Los resultados muestran que hay un comportamiento "bastante estabilizado" en los últimos meses, según Argelaguet. En el barómetro de junio los partidarios de la independencia eran el 47,7 por ciento y los catalanes favorables a seguir en España quedaron en el 42,4 por ciento. El momento más bajo del independentismo en las consultas recientes se remonta a junio de 2015, cuando los partidarios de la desconexión eran el 42,9 por ciento, mientras que los del "no" llegaban al 50 por ciento.

El barómetro del CEO muestra además que un 38,9 % de los encuestados querría una Cataluña como Estado independiente, el 23,2 % preferiría un Estado catalán dentro de una España federal, el 24,1 % mantendría el estatus de comunidad autónoma y el 5,7 solo quiere que Cataluña sea una región, mientras que el resto no sabe o no contesta.

Para el ministro de Justicia, Rafael Catalá, resulta cuestionable el respaldo social al independentismo que refleja la encuesta y considera que "no es cierto que la mayoría de los catalanes esté por la independencia".