El PNV y el PSE volverán a gobernar el País Vasco en coalición, 18 años después de que, en julio de 1998, saltara por los aires su último Ejecutivo común, rompiendo una serie de doce años de gabinetes conjuntos iniciada en 1987. El acuerdo, anunciado ayer, representa la traslación al Ejecutivo de Vitoria de la coalición que ya está en vigor en las tres diputaciones forales y en los ayuntamientos de Bilbao, San Sebastián y Vitoria.

El pacto, que será ratificado hoy por los máximos órganos de gobierno de ambos partidos, permitirá al lehendakari en funciones, Iñigo Urkullu, ser reelegido el jueves por el Parlamento vasco. Lo será en segunda votación y por mayoría simple de 37 escaños: los 28 del PNV, ganador de las últimas elecciones, y los 9 del PSE, la cuarta fuerza política. La mayoría absoluta está en 38 de los 75 escaños del Parlamento.

Aunque ninguna de los dos formaciones ha querido confirmar de manera oficial cuántas carteras quedarán en manos de los socialistas, distintos medios apuntaron ayer a que con toda probabilidad serán tres. El gabinete saliente contaba ocho carteras y se da por hecho que este número será ampliado.

La gestora socialista se reservó ayer su valoración oficial hasta conocer la integridad del pacto alcanzado entre PNV y PSE. Sin embargo, fuentes del órgano interino de gobierno del PSOE afirmaron a Europa Press que los socialistas "siempre" han considerado positivo "el entendimiento y el diálogo en el País Vasco con el nacionalismo moderado que representa el PNV".

El preacuerdo anunciado ayer por ambas partes tiene como ejes el empleo y el desarrollo económico, el refuerzo de los servicios públicos, la defensa de la paz y la convivencia, y el desarrollo del autogobierno vasco.

Tras divulgarse el acuerdo de coalición, el portavoz del PNV en el Senado, Jokin Bildarratz, estimó que "parece lógico" que si las dos formaciones practican en común "un modelo de trabajo y de gestión que funciona" en diputaciones y ayuntamientos, se continúe "en ese mismo sentido en el Parlamento vasco".

La segunda fuerza política, EH Bildu consideró que el Ejecutivo de coalición "no es bueno para el país", porque no implica "avances en el ámbito nacional, socioeconómico y en la paz-convivencia".

La secretaria general de la tercera fuerza, Podemos Euskadi, Nagua Alba, aseguró que el acuerdo alcanzado era "previsible" y resulta "insuficiente", y criticó que el PSE vaya a "sostener" las "políticas continuistas del PNV por motivos de supervivencia". Desde Ciudadanos, su representante en la Asamblea de Madrid Ignacio Aguado consideró el entendimiento "positivo" y confió en que con él se conforme un gobierno para "todos los vascos" que "respete los derechos y las libertades de todos los españoles".