Una marea rojigualda recorrió a mediodía de ayer las principales plazas de la región, y aunque se cantó el "yo soy español" que puede escucharse con motivo de los partidos de la selección, y reinó un ambiente de lo más festivo, el motivo de las concentraciones no era futbolístico, sino político, lanzar una llamada de cordura que pretendía hacerse escuchar a 900 kilómetros de distancia, en tierras catalanas. Las concentraciones, organizadas por la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes), abarrotaron las plazas del ayuntamiento de Oviedo Los enfervorecidos defensores de la unidad de España no pararon de agitar las enseñas nacionales y lanzar gritos contra quienes quieren enterrar la Constitución del 78 y partir el país.

En la plaza del Ayuntamiento de Oviedo, llena al completo, sonaron las más variopintas consignas, alguna rescatada de los 80, como aquella de "España, una y no 51", o la más manida de "España unida, jamás será vencida". Los asistentes eran también variopintos: muchas personas de cierta edad, menos jóvenes y algún representante de la extrema derecha con el brazo alzado. Pocos rostros conocidos, salvo Javier Jové, de la Fundación Denaes y "El Club de los viernes", la presidenta de Foro Asturias, Cristina Coto, o el abogado y artista Juan Méjica, entre otros.

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Manifestación en Oviedo por la unidad de España

Jové, ovetense, aunque hijo, nieto, bisnieto y tataranieto de catalanes, indicó que era hora de reaccionar contra un "atraso" como el que plantea el desafío catalán, que forma parte de "las presiones para acabar con el régimen del 78 e imponer nuevos modelos auspiciados por los movimientos neocomunistas y el secesionismo". Para Jové, esta puede ser una oportunidad para que el pueblo español vuelva a reaccionar como ocurrió en 1808 y otras ocasiones en las que no se siente representado por las autoridades. Y rechazó que, tras 1-O, se abra un diálogo. "Lo único que debe hacerse es aplicar la normativa. Con los delincuentes no se negocia, se les aplica la ley con toda naturalidad", añadió.

"Estamos contra las naciones étnicas, defendemos las naciones políticas, que son esenciales para el bienestar. No queremos cosas raras, como eso de la nación de naciones", indicó por su parte Covadonga Coya, delegada de Denaes en Asturias. Cristina Coto, única política presente en la protesta, dijo: "Es el momento de nos expresemos todos, que no solo lo hagan los separatistas. Defendemos una España unida, juntos podemos crecer".

Hubo lemas elaborados, como "Catalanidad es hispanidad", y otros no tanto, como cuando la tomaron con el Alcalde Wenceslao López y la vicealcaldesa Ana Taboada, a quienes pidieron que salieran al balcón del Ayuntamiento, todo ello aderezado con algún insulto. El tono fue más duro con los dirigentes catalanes: "A prisión, Puigdemont", "Artur Mas, cámara de gas" o "Separatistas, terroristas". Hubo vivas a la Guardia Civil y a la Legión, a España y al Rey, y hasta se cantó la "Banderita".

"Cataluña es España"

Paraguas, bufandas, pinturas o banderas. Todo valía al mediodía de ayer en la plaza del Ayuntamiento de Gijón para mostrar los colores de la rojigualda y demostrar así el apoyo de los manifestantes a la "unidad de España". Varios centenares de personas se reunieron frente al Consistorio entonando cánticos como "Que no nos engañen, Cataluña es España" o "España, entera, y solo una bandera". "Nos une el espíritu de ser español, somos la mayoría silenciosa", aseguró el joven Álvaro Mendoza, uno de los más animados con los cánticos, acompañado de su amigo Sergio Montes quien aseveró que "la unidad de España ya ha sido pisoteada varias veces".

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Manifestación en Gijón por la unidad de España

Los gijoneses, que también señalaron el camino de la cárcel a Puigdemont, no cesaron en su empeño de que la bandera nacional ondease en el Ayuntamiento, al grito de "Moriyón, la bandera en el balcón". Así, la mayor salva de aplausos se la llevaron dos operarios municipales que, tras consultar a Alcaldesa y grupos municipales, acabaron por hacer ondear la bandera en el balcón de la Casa Consistorial. "El referéndum es más que ilegal", enfatizó otra de las manifestantes, Tere García. "Yo me siento muy española, no quiero saber nada de los separatistas, somos muchísimos más", añadió mientras de fondo sonaba el himno nacional.

Hubo otras manifestaciones de españolidad. En Lugones, el párroco colgó una bandera de España, lo que ha generado un poco de polémica en la localidad. En cualquier caso, fueron multitud quienes quisieron dejar claro que España no se parte.