El grupo parlamentario de Ciudadanos necesitaría cinco ausencias en las filas de los partidos independentistas para aspirar a conseguir la presidencia del Parlament, además de los apoyos del PSC, del PP y el improbable respaldo de los "comunes". Un empate a 65 diputados entre soberanistas y constitucionalistas supondría en última instancia que la presidencia fuera para la formación que obtuvo mayor número de diputados. Pero la formación que lidera Xavier Domènech descarta respaldar a la formación naranja para que se haga con la presidencia de la Cámara catalana, un puesto que resultó clave para materializar las iniciativas del soberanismo, como quedó en evidencia en la fallida legislatura pasada. CatECP rechaza también la posibilidad de apoyar a un candidato de Ciudadanos a la presidencia de la Generalitat.

En estas circunstancias, el partido de Rivera rechaza someterse al desgaste de una negociación política que acabe en intentos fallidos. "Esperar y ver" es la estrategia de Ciudadanos, que aguarda a que el soberanismo despeje las incógnitas sobre sus parlamentarios y los posibles acuerdos internos. "Creemos que no es momento de presentar una investidura que es inviable", afirmaba ayer el secretario general de la formación, José Manuel Villegas, molesto con el PP por su insistencia en presionar para que el partido naranja para que trate de formar Gobierno en Cataluña, pese a carecer de los apoyos necesarios. "Nosotros sabemos contar y nos mantenemos a la expectativa", afirma Villegas, para quien lo único claro es que habrá "70 votos" en contra de que Inés Arrimadas se convierta en presidenta de la Generalitat.