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ÁLVARO MARTÍNEZ | Ganadero de La Quinta

"El toro no tiene el sufrimiento que la gente cree; el toro combate, no sufre"

"Esto no es una granja de pollos que lo que hacen es comer para - ir al matadero; el toro no es un número, hay una historia detrás"

Álvaro Martínez, este año en un coloquio en Gijón. TERESA REQUEJO

En el año 1987, Álvaro Martínez Conradi adquirió vacas y sementales de Joaquín Buendía para formar la ganadería de La Quinta. La tradición familiar tiene continuidad en sus hijos, Álvaro y Pepe Martínez, ambos muy mimetizados con la filosofía familiar en la crianza del toro bravo. El ganadero ha disfrutado de las dos tardes de triunfo que, hasta ahora, sus toros han protagonizado en la Feria de Begoña.

-Tercer año consecutivo en Gijón. Se espera mucho de La Quinta.

-Al final todos los ganaderos lo que buscamos es mantenernos pero cuanto más se triunfa más se espera de uno. El hecho de haber triunfado dos años consecutivos en esta plaza nos da mucha satisfacción. Ahora lo que hace falta es cumplir con las exceptivas.

-¿Le da seguridad el cartel?

-Robleño es un torero hecho, con una experiencia considerable. Vamos tranquilos porque los tres sacarán todo el partido posible de los toros. Es un cartel muy atractivo para el aficionado. Si se dejan los toros veremos una tarde interesante.

-¿Cómo va la temporada?

-Hasta hora lo que hemos lidiado bastante bien. En Burgos hubo tres toros con buena nota, fue una corrida variada, nadie se aburrió. Es importante no quedarse en la monotonía. Además hemos lidiado una novillada en Hagetmau (Francia) donde el mayoral salió en hombros. De seis novillos salieron cinco buenos.

-Tienen una camada pequeña. ¿Se asegura un mejor nivel?

-Tratamos de cribar mucho las camadas. Estamos herrando unos cien machos por temporada pero lidiamos también novilladas con y sin caballos. Eso hace que para toros solo dejemos entre cuatro y seis corridas. Este año lidiaremos menos, tan solo tres: Burgos, Gijón y Albacete. Y para las corridas dejamos lo mejor.

-Hagamos balance. Debutó en El Bibio en 2013 con un mano a mano entre Antonio Ferrera y Javier Castaño.

-Hubo un momento que nos preocupaba que se suspendiera cuando ambos se fueron a la enfermería. Fue una tarde de emociones muy fuertes. La casta que desarrollaron los toros también la tuvieron los toreros. Además de disfrutarla como ganaderos lo hicimos como aficionados. Es de las tardes más importantes que hemos lidiado con La Quinta.

-El año pasado repitió triunfo con Robleño y El Cid en hombros, y con dos toros premiados con la vuelta al ruedo.

-Se vieron embestidas más completas aún, toros más redondos, con un nivel muy alto. Es lo que soñamos para un toro bravo: transmisión, ese punto de fiereza, que tenga al público en vilo porque lo que pasa en el ruedo tiene riesgo. Que los toreros se sobrepongan a esas embestidas y logren faenas de calidad es muy importante.

-¿A la tercera va la vencida y habrá indulto?

-(Risas) Eso es demasiado soñar. Nuestro ideal es que haya un torero delante que le plante cara y consiga triunfar. Al margen de indulto o vuelta al ruedo.

-Se habla de corridas toristas o toreristas ¿Hay que desterrar esos clichés?

Sí. Lo importante es que haya varios gustos porque si no sería muy monótono. La variedad tanto en toreros como en ganaderías es buena para el público. Es fundamental. Un toro bravo pone a todo el mundo de acuerdo.

-¿Los ganaderos aman al toro bravo?

-Esto no es una granja de pollos o de vacas mansas que lo que hacen es comer para ir al matadero. El toro no es un número, está creado con una genética, con una identificación de su padre, de su madre, de sus abuelos? hay una historia detrás. Tiene un nombre y está criado con cuatro o cinco años de un cuidado especial. Somos los primeros que nos preocupamos de su alimentación, de cuidados veterinarios para que esté en su máximo esplendor viviendo en unas extensiones en que ningún otro animal vive. Además con la posibilidad de defender su bravura que es para lo que está criado. Muere en la plaza, luchando, ningún otro animal lo hace.

-¿El toro sufre?

-Hay estudios veterinarios que asegura que el toro, con la adrenalina que desprende en la plaza, durante la lidia, no tiene el sufrimiento que la gente cree que tiene. El toro está combatiendo no sufriendo.

¿Es duro ser ganadero en estos tiempos?

Disfrutamos un diez por ciento y sufrimos un noventa. Hablo en nombre de mi familia, de mi padre y mi hermano, nos hemos criado en esto y es lo que nos gusta. Seguiremos peleando, lo vemos como un modo de vida.

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