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El Supremo avala el trato singular del Sespa a una opositora adventista

Asturias atendió, como ahora reconoce el alto tribunal, el derecho del colectivo religioso a no examinarse en sábado

Una maestra, miembro comulgante de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, acaba de ganar en el Tribunal Supremo que se reconozca su derecho y el de todos los miembros de su colectivo cristiano a no examinarse en sábado. Según los preceptos de su religión, desde la puesta de sol del viernes a la puesta de sol del día siguiente es tiempo reservado para la adoración a Dios.

Ese derecho se lo negó la Xunta de Galicia en 2011, cuando la mujer intentó presentarse a una oposición para sacar plaza como maestra de infantil. La prueba de gallego se fijó un sábado, una circunstancia que ella intentó evitar apelando a los Acuerdos de Cooperación del Estado con la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España y a su derecho a la libertad religiosa. Pedía la maestra un trato singular para examinarse otro día o el mismo sábado, al caer el sol, tras permanecer incomunicada si hacía falta para evitar problemas con la prueba.

Su recurso no fue atendido por la Xunta y quedó excluida del proceso selectivo, lo que la llevó a emprender una reclamación judicial que también perdió en los tribunales de justicia gallegos. Sin embargo, ahora el Supremo reconoce que el derecho fundamental a la libertad religiosa incluye que, salvo cuestiones de fuerza mayor, las administraciones ofrezcan "soluciones alternativas que permitan conciliar los derechos en conflicto": por una parte, el de la libertad religiosa apelado por la afectada y el que hizo valer la Xunta relativo a la importancia de hacer un "llamamiento único, la unidad de acto y la garantía de igualdad" exigible por el resto de opositores.

Precisamente ante esa disyuntiva, que en Galicia se resolvió contra los intereses de la maestra adventista, se encontró el Servicio de Salud del Principado en octubre de 2013. Para esa fecha estaba fijada la macrooposición de enfermería a la que concurrieron más de 7.000 aspirantes de toda España. El examen, celebrado en el recinto ferial "Luis Adaro", se fijó un sábado. Días después trascendió que una enfermera, también adventista de la Iglesia del Séptimo Día, había evitado los inconvenientes de hacer una oposición junto a miles de personas porque había sido recluida en una sala reservada del hospital Monte Naranco de Oviedo durante nueve horas, desde el inicio de la prueba general hasta la caída del sol del sábado, cuando ella pudo empezar su examen. La medida, que no estuvo exenta de críticas, se ve ahora respaldada indirectamente por la sentencia del Supremo.

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