-¿Cómo llega a formar parte del equipo de gobierno municipal?
-De una manera sorprendente. A Carmen Moriyón sólo la conocía de las veces que como Alcaldesa pasó por mi colegio. Creo que fueron tres ocasiones. Nunca me dediqué a la política ni estaba cercana a este mundo, más allá del hecho de interesarme la gestión y la forma de hacer de Carmen Moriyón. Como anécdota, un día mi hija se la encontró por la calle y sin conocerla, la animó por la labor que estaba haciendo en el Ayuntamiento de Gijón, y se identificó como hija de una directora de un colegio gijonés. Así que el día que recibí una llamada para una entrevista con la Alcaldesa ni valoré que pudiera querer algo de mí que no fuera alguna valoración o aportación que tuviera que ver con la educación. Era un momento en el que se estaba acabando el mandato y pensé que quería buscar valoraciones o saber más cosas del sector educativo en Gijón. Por eso he de reconocer que cuando me dijo que le gustaría contar conmigo como concejala fue una sorpresa tremenda. Pero me pareció una idea muy estimulante.
-¿No es afiliada a Foro?
-No, aunque sí mostraba mi simpatía por el proyecto político de Foro.
-¿Con qué horizonte se plantea su incursión en la política gijonesa?
-Ahora mismo me planteo trabajar con intensidad estos cuatro años y supongo que con Carmen me iré; cuando ella lo deje, yo creo que volveré al colegio. Eso pienso. Por eso el día del inicio de curso les decía a las maestras del Clarín, que es el colegio donde tengo destino, que las vería de nuevo allí en cuatro años.
