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El Coro Cantábrico se disuelve tras 25 años de actividad por falta de relevo generacional

La formación gijonesa se despedirá mañana en la iglesia de Fátima con sus Encuentros de voces graves

José Manuel López Larrañaga -a la derecha- y Celestino Blanco Otero, directivos del Coro Cantábrico. Á. GONZÁLEZ

La larga y fecunda tradición coral gijonesa, ciudad en la que ahora mismo hay más de treinta conjuntos musicales de estas características, tiene un serio problema: apenas hay voces jóvenes que se sumen a estas formaciones, en general muy envejecidas. Es el caso del Coro Cantábrico, que se despedirá mañana de su público, en La Calzada, después de un cuarto de siglo de actividad a lo largo del que han desarrollado un notable repertorio, desde la polifonía religiosa a composiciones de la tradición asturiana.

"Queremos que ese adiós sea en el barrio; después de veinticinco años nos da pena esta despedida, pero es que llevamos mucho tiempo dándole vueltas al asunto y vemos que estamos en un callejón sin salida", explican Celestino Blanco Otero y José Manuel López Larrañaga, tesorero y vocal, respectivamente, del Coro Cantábrico. Cantarán por última vez en Gijón dentro de los Encuentros de Voces Graves, que ellos mismos organizan. Será en la iglesia de Fátima y estarán acompañados por el Cuarteto Torner y el Coro Santiaguín. El próximo día 27 devolverán la visita a esta última formación, en Sama de Langreo, y ahí cerrarán veinticinco años de historia en los que grabaron, por ejemplo, la suite que el compositor Sergio Domingo dedicó a las parroquias gijonesas y montaron los conciertos didácticos entre alumnos de Primaria.

El Coro Cantábrico está formado por quince voces masculinas. Tres de sus integrantes son octogenarios. "Los hemos intentado, pero no encontramos ese relevo y después de lo que hemos sido, modestamente, no queremos bajar el nivel", dicen los directivos. Éstos subrayan que la falta de intérpretes jóvenes que sigan la tradición coral asturiana es, en realidad, un "problema generalizado". No hay quien sustituya las bajas de las personas que, cumplidos muchos años, se cansan y ya les cuesta seguir el ritmo de los ensayos y las actuaciones. "Da pena deshacer un coro, aunque las cosas están así". "No hemos tenido más remedio que replantearnos nuestra continuidad, al estimar necesario un número de voces más amplio para un funcionamiento estable y poder ofrecer una mínima calidad", añaden. Lo dejan claro: "Es respeto al público". La formación fue dirigida durante años por Sergio García Lobo. El director actual es Salvador Cuervo.

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