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BELARMINO GARCÍA | Ingeniero técnico de telecomunicaciones y experto en innovación

"Al emprendedor su ADN le va a llevar a intentarlo siempre, aunque luego fracase"

"Es erróneo relacionar la innovación sólo con la gente joven y con la tecnología, muchos empiezan a partir de los 50 años"

Belarmino García, ayer, en la Escuela Politécnica. ÁNGEL GONZÁLEZ

"Sin riesgo, no hay diversión". A Belarmino García (Villapedre, Navia, 1951) le gusta recordar una de las máximas que están presentes en su día a día, y que le han hecho innovar y emprender durante toda su trayectoria profesional. Se formó como Ingeniero Técnico de Telecomunicaciones, en un máster en Dirección Comercial y Marketing, y en la diplomatura en Dirección y Administración de Empresas. Trabajó en compañías como HP, Siemens Nixdorf, Amena, France Telecom o Zeerca. Ahora trabaja como asesor en SECOT (Voluntariado Senior de Asesoramiento Empresarial) y ha escrito el libro "El poder de la pasión", en el que habla sobre su experiencia en Amena, donde consiguieron en seis años de vida hacer frente a sus dos competidores y reescribir las reglas de juego del mercado de la telecomunicaciones. Ayer ofreció una charla titulada "La pasión por innovar" en la Escuela Politécnica de Gijón.

-¿Por qué esa pasión por innovar?

-Porque cualquiera cosa que hagas en la vida, sino es con pasión, es demasiado aburrida.

-¿Cuál es el perfil de la persona innovador?

-Si una persona no tiene miedo al fracaso cuenta con una probabilidad elevadísima de emprender. Y hay muchísimas versiones para llevarlo a cabo. Puedes ser parte de una compañía, pequeña, mediana o grande, y ser intraemprendedor. Y otro modo, que tiene un ingrediente adicional de riesgo, es que yo sea el emprendedor que aporte el capital, al menos en la primera parte, como fundador de ese negocio o esa compañía.

-¿Mejor la figura del emprendedor o la del intraemprededor?

-Es mucho más completa la versión de emprender, pero debemos valorar mucho la función de intraemprendedor dentro de las organizaciones porque permite, en compañías ya consolidadas, abrir nuevos negocios y mercados.

-¿Es buena época para el emprendedor?

-El emprendedor termina buscándose la vida. Hay épocas mejores o peores, y en España la crisis nos ha llevado a tener un problema de falta de liquidez importante. Cuando los emprendedores inician su aventura aportan capital, pero no tienen suficiente, y tienen que buscarlo de forma externa para hacer crecer la compañía. El modelo es aportar capital para hacerla nacer y comprobar que su modelo de negocio funciona perfectamente y que, por lo tanto, puede tener éxito en el mercado. Pero cuando se quiere hacer crecer y expandir ese negocio va necesitar capital.

-¿De qué manera ha afectado la crisis económica? ¿Cómo se sortean los riesgos que no había hace una década?

-En España entre 2009 y 2014 ha habido problemas de liquidez relevantes que han afectado a emprendedores que estaban naciendo y a otros con pymes y micropymes que tenían un problema muy serio de liquidez dentro de la compañía y que les llevó a cerrar. Es cierto que los tiempos cambian y los entornos son diferentes, pero en el emprendedor, su ADN, le va a llevar a emprender siempre. Aunque luego fracase en el intento.

-¿Por qué se asocia la figura del emprendedor con una persona joven?

-Tenemos una imagen de que emprender significa una persona recién salida de la universidad, tipo Mark Zuckerberg, que se mete en su habitación, se encierra y crea Facebook. Ese perfil de emprendedor relacionado con la tecnología es el que tiene más visibilidad. Pero hay muchos emprendedores que empiezan a partir de los 50 años. Los jóvenes tienen una mayor capacidad para entender, absorber y aplicar conceptos, pero la edad no importa tanto. Uno puede haber sido un intraemprededor y decidir emprender apostando con su propio capital.

-En su caso esta experiencia llegó bien avanzada su vida laboral.

-He vivido muchas experiencias como emprendedor. Primero en "Hewlett-Packar", donde tuve la fortuna de que la compañía me diese mucha libertad para abrir nuevos negocios. Y tuve el coraje de tomar aquella aventura incierta en cuanto a éxito, para convertirla en ese éxito. Después, en Amena, viví un proceso único. Es una compañía que arranca de cero, un proceso "startup", el que no aporto el capital, porque hay unos socios financieros que aportan ese capital necesario para desarrollar la compañía, pero en el que soy un intraemprendedor.

-¿Y cómo se conquistó en Amena "lo imposible", que es lo que cuenta en su libro "El poder de la pasión"?

-Viví el proceso completo de Amena, desde el inicio, cuando no existía hasta que se lanzó el mercado, creció, se consolidó, maduró y fue vendida a un tercero, y solo en seis años de vida. Se pasó por todos los ciclos que puede vivir una compañía, arrancó, se lanzó, tuvo un periodo de crecimiento, otro de consolidación, y entró en la madurez del mercado. Y después de eso ya se puede diversificar o vivir en el periodo de madurez, en el que la empresa puede ser comprada o no.

-¿Qué proyectos afronta ahora?

- Tengo la fortuna de afrontar un proyecto con mi hijo, que me pide que le acompañe, un proceso de emprendimiento en el que uno apuesta por el capital. Ahora mi objetivo es devolver a la sociedad una pequeña parte de lo que me he entregado. Estoy ofreciendo mis servicios de modo desinteresado a amigos, como asesor, y a través de una organización denominada SECOT, (Voluntariado Senior de Asesoramiento Empresarial), ofrezco mis servicios a toda la compañía que solicite ayuda.

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