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La barrera antipolución

La estrategia de protección ambiental para la zona oeste supone restringir la implantación de nuevas actividades contaminantes y hacer plantación forestal

La barrera antipolución

"Asentar un modelo territorial sostenible y equilibrado desde los puntos de vista ambiental, social y económico". Este es el objetivo central del Plan General de Ordenación cuyos redactores, al definir el punto de vista ambiental, hablan de "garantizar la protección del medio ambiente, de la salud y del patrimonio". Esas garantías de protección son elementos de máximo interés para un Gijón cuyos ciudadanos han decidido salir a la calle para hacer oír su hartazgo con los problemas de contaminación. Y donde las nubes de carbón enfrentan a Ayuntamiento, Principado de Asturias y Autoridad Portuaria. El PGO trata de dar respuestas a esas situaciones en varios de sus documentos e incluye uno específico: el estudio ambiental estratégico.

Uno de los elementos a debate, y cuya incorporación ha sido crucial para contar con el apoyo de Xixón Sí Puede, son las denominadas áreas ambientalmente protegidas. En este caso, como en otros muchos, el nuevo Plan mira hacia el Oeste donde, se dice, "derivado de haber ido acogiendo sistemáticamente el grueso de la actividad industrial y demás actividades contaminantes, ha conllevado que los límites de emisión de efluentes se han ido viendo rebasados". A partir de esa reflexión se han tomado dos medidas. Una pasa por restringir la implantación de nuevas actividades contaminantes y la otra por establecer áreas de regeneración basadas en la plantación forestal. Ambas delimitaciones fijan un cordón de seguridad para que los barrios y parroquias de la zona oeste no se degraden aún más desde un punto de vista ambiental. Es la zona que sufre la vecindad del puerto del Musel y de las grandes industrias.

Al hablar de la necesidad de Gijón de mejorar su calidad de aire el PGO plantea otras iniciativas. Dos de ellas vinculadas a un futuro plan de movilidad ya que suponen mejorar los servicios de transporte público y completar la red de carriles bici y sendas peatonales. La tercera idea es implantar tres nuevos puntos de control de calidad del aire -Jove, Cabueñes y Nuevo Roces- para conocer con más rigor su evolución.

El Plan también habla de contaminación acústica. Aquí el mayor foco de emisión detectado es el tráfico urbano. El punto de partida en esa lucha es desarrollar, y dicen los redactores del PGO que con urgencia, un estudio acústico que recoja los cambios producidos en los últimos años. A partir de ese mapa del ruido habrá que tomar decisiones. "Derivado de la aprobación inicial del PGO se propone, como una mejora dentro del municipio, establecer unos puntos de control del ruido que ayuden a llevar a cabo un seguimiento de los niveles sonoros de forma regular y conocer si es necesario la toma de medidas de control".

En cuanto a la contaminación lumínica se plantea aprobar reglamentos de control de las futuras instalaciones, regular las características técnicas de las luminarias para conseguir mayor rendimiento energético e imponer criterios de eficiencia energética en los proyectos urbanísticos de futuro. Y al analizar la generación de residuos, y sin entrar en la necesidad de equipamientos de mayor envergadura, se establece que en todos los crecimientos urbanísticos nuevos se valorará la necesidad de instalar puntos limpios. Se hace especial incidencia en esa necesidad para las operaciones de Cabueñes y el Infanzón. Se completará la red de puntos limpios existentes en Granda, Vega, San Andrés de los Tacones y Deva.

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