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A debate el modelo urbanístico para la ciudad

La zona rural revisa sus planes

La exposición del Plan General en el Museo del Ferrocarril arranca con un goteo de visitas y normalidad en las consultas

Varios ciudadanos, consultando ayer los documentos. JUAN PLAZA

Memorias, normativas y planos del documento de aprobación inicial del nuevo Plan Genoral de Ordenación (PGO) están a disposición del público desde las diez y media de la mañana de ayer en una oficina instalada al efecto en las dependencias del Museo del Ferrocarril; y, a pesar de la lluvia y de que el periodo de alegaciones permanecerá vigente hasta el 26 de abril, fueron ya varios los que quisieron hacer bueno lo de que el tiempo es oro.

Desde primera hora los técnicos del equipo redactor, capitaneados por el arquitecto urbanista Emilio Ariznavarreta, atendieron un constante goteo de personas interesadas en saber "qué hay de lo mío", como señalaba de forma gráfica el coordinador del equipo. Eso sí, sin agobios ni mayores dificultades. "Es el primer día y la gente viene a interesarse por sus propiedades, sobre todo desde la zona rural, pero en un clima de absoluta tranquilidad y cordialidad", explicaba Ariznavarreta a mediodía. La mayor afluencia de público se espera "para los próximos días, cuando la gente ubique la oficina", aunque ayer ya se dejó notar que "hay gustos para todos, hay a quienes les convencen los cambios y a quienes no".

En el escaso grupo de los primeros se contaba ayer Paloma López Rosado, que acudió puntual con su marido para comprobar cómo había quedado en el nuevo documento una casa de su familia en Caldones.

Una propiedad sobre la que pesaba una demanda casi histórica, toda vez que "los sucesivos planeamientos nunca nos dejaron edificar en la finca", lamentaba ayer la pareja. De hecho, su intención fue en principio la de hacerse una casa en la finca de los padres y quedarse en el pueblo, pero "digamos que nos echaron, tuvimos que comprar piso en la ciudad porque nunca se contempló la posibilidad de construir". Ayer, y con las miras puestas en sus hijos, se llevaron la agradable sorpresa de que por fin la finca ha sido incluida en el núcleo, lo que supone que tienen la puerta abierta a una futura edificación. "Veníamos preparados para alegar, así que es una buena noticia", asentían sonrientes.

Peor fue el diagnóstico para una vecina de Lavandera, que ha visto cómo su finca se quedaba una vez más fuera del ámbito edificable. "Tenía la ilusión de que mis hijas pudieran hacerse una casa allí, pero han tenido que comprar piso. Así que alegaré, me lo han recomendado, por si en una de estas atienden mi petición", señalaba entre planos.

Bernardo Centeno, vecino de Las Caserías de la Ería del Piles, acudía con "impotencia", tras comprobar que su finca, en la que reside, ha sido fraccionada en virtud de la ley de Costas del Principado. "Es frustrante sobre todo porque a otras fincas de la zona las han considerado como urbanas y han respetado los linderos, estando incluso más cerca de la costa que la mía", lamentaba.

Los disconformes pueden presentar sus alegaciones a través del registro general del Ayuntamiento de Gijón, por vía presencial o telemática. Los formularios están disponibles en los centros municipales de Pumarín, La Arena, El Coto, La Calzada y El Llano, en la Antigua Pescadería Municipal y en el Antiguo Hogar del Paseo de la Infancia.

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