María Honrubia Pérez, psicóloga y profesora de Ciencias Psicosociales Aplicadas en la Universidad de Barcelona, es manchega de nacimiento pero lleva 30 años en la ciudad condal y en su día a día trata de vencer los mitos acerca de la sexualidad en la senectud a través de charlas y conferencias como la que ayer impartió en la XV Jornada de la Mujer Pensionista, organizada por Comisiones Obreras Asturias en el Antiguo Instituto.
-¿A partir de qué edad hablamos de personas mayores?
-La psicología del ciclo vital ponía como persona mayor la edad de jubilación, es decir, los 65 años. Se consideraban personas mayores aquellas que no eran productivamente activas pero a partir de los años 80 y 90 esto cambia. Cuando las personas llegaban a los 65 años morían al poco, era una etapa cortísima porque la esperanza de vida era corta.
-¿Y ahora?
-Ahora tenemos tres edades diferentes en lo que es la vejez. De los 60 a 70 años, de los 70 a 80 años y de los 80 años en adelante. Hay características diferenciadas, importantísimas, en el desarrollo de la persona, tanto a nivel físico como a nivel intelectual y mental. En los años 60 se hablaba que la inteligencia era estable, iba creciendo hasta una edad adulta y luego iba paulatinamente bajando, esto está desestimado hoy. Hay personas con 70 u 80 años con una producción intelectual y de desarrollo cognitivo importantísimo. Pablo Picasso y Vargas Llosa, son ejemplos muy gráficos de que una persona puede ser mayor, estar en la vejez pero en perfecto desarrollo. No hay por qué hablar de vejez como deterioro. La senectud tiene una connotación negativa, puedes ser viejo pero no estar enfermo. Se pueden tener problemas cognitivos a los 40 o 50.
-Y hablar de sexualidad, ¿qué abarca?
-La sexualidad es una dimensión de la persona. Nacemos con sexualidad y se manifiesta en cómo nos movemos, cómo nos comportamos, cómo sentimos, qué nos gusta. En todo. Va mucho más allá de la genitalidad. Esto ya lo decía Freud al final del siglo XIX. Una persona es sexuada y tiene sexo desde que nace y se la identifica desde el sexo genital. A veces se desvirtúan las palabras y hablar de sexo significa hablar de actividad sexual. Tenemos un sexo, pene y testículos o vagina y ovarios. Eso determina. Nuestra sociedad es dicotómica aunque luego vemos que aparecen otros géneros y otras manifestaciones sexuales.
-¿Y con la edad decrece la libido o apetito sexual?
-Es falso. Esto es un mito espantoso del modelo moral dominante reproductivo en el que sólo se entendía la actividad sexual con una finalidad procreativa pero eso ya pasó, se quedó a finales del siglo XX.
-¿La culpa es de la sociedad que aún lo ve como un tabú?
-Sí. El deseo hacia alguien o algo se tiene siempre. Cuando la persona es joven tiene más vigor y potencia, que se traduce en más actividad sexual y puede ser más frecuente. La actividad sexual es un proceso de aprendizaje, debe ser compartida y negociada entre dos, debe existir un consenso y establecer relaciones de igualdad y no de poder. Por lo tanto, eso se mantiene, está siempre. Y conforme nos hacemos mayores ganamos en aprendizaje. Entonces, puede ser que nuestra potencia sexual disminuya pero no la calidad de nuestras relaciones. Además, en las relaciones de pareja, las personas se conocen y uno ya sabe lo que a la otra persona le gusta y lo que no, por tanto va directo a lo que le produce placer a su pareja, es decir, ganan en calidad y en intensidad.
-¿Cómo cambiar esta idea?
-Hay que desmitificar y darle a la sexualidad la dimensión que tiene. Se habla de sexualidad pero no de educación sexual en libertad, en relaciones de igualdad y afectividad. Todavía es una asignatura pendiente en los foros científicos y universitarios. Se han hecho cosas en la infancia pero en la adolescencia nos da miedo al profesorado aunque los alumnos estén deseando saber. Cuando lo explicas les parece que tiene que ser así.
-En las mujeres. ¿Desaparece antes la libido sexual?
-No tiene por qué. Es un problema de creencias que no son reales. Por ejemplo, hay mujeres mayores que sobre educación sexual dicen "ay, hija eso se pasó ya, era de cuando era joven".
-¿Qué incidencia tiene la menopausia?
-En una mujer sana que ha sido activa sexualmente, con una actividad sexual gratificante no tiene ninguna incidencia. Hay cambios físicos como los ovarios que se atrofian, ya no hay óvulos fértiles, existe decrecimiento hormonal y eso provoca que el deseo sexual no se tenga con tanta intensidad, pero se mantiene si la pareja te atrae. Además hay una estrechez vaginal y falta de lubricación. Pero se ha trabajado mucho en los laboratorios porque el sexo vende y hay cantidad de estrategias y herramientas para paliar si hay algún factor que hace decrecer. Lo importante es una buena comunicación entre las personas y tener ese deseo activo.
-¿Y los hombres, al entrar en la senectud, les es más difícil mantener las erecciones?
-Eso pasa desde los 30 años, ojo. Pero también es otro mito. Que la actividad sexual se mida por la potencia eréctil es muy pobre, aunque culturalmente se consideraba al hombre importante si tenía una virilidad potente. El hombre puede tener erecciones durante toda la vida y también la capacidad reproductora porque produce espermatozoides toda la vida pero el cuerpo sí tiene un desgaste y la calidad de los espermatozoides no es la misma a los 30 que a los 60. Varía el tiempo entre una erección y otra, el periodo refractario, que aumenta con la edad. Cuando se es joven es cuestión de minutos y de mayor el tiempo aumenta pero eso no impide relaciones sexuales gratificantes.
-¿Y recurrir a sustancias químicas como la viagra?
-Hay mucho mito. La viagra es un estimulador. Si vas a tener una relación sexual y te tomas una pastilla de viagra pues tienes una potencia importante pero si te la tomas y no vas a tener relación sexual no te hace efecto para nada. Es sólo un activador.
-¿Cómo combinar las relaciones sexuales con los achaques de la edad como problemas cardiovasculares, diabetes o párkinson?
-Para personas con patologías no es aconsejable. Una persona debe acudir a su médico y los facultativos deben darle espacio a la sexualidad para atender esas demandas. Determinados medicamentos están contraindicados pero otros no. Esto pertenece a la vertiente médica y no es mi especialidad pero sí que hay medicación que no son contraproducentes y que en unos determinados momentos faciliten tener actividad sexual como cualquier otra persona.
