La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

TERESA ORTIZ GÓMEZ | Catedrática de Historia de la Ciencia

"En los derechos reproductivos la vuelta atrás se da en cualquier momento"

"Ahora que estamos generando científicas con una formación excelente, no hay trabajo para ellas; el futuro lo veo negro"

Teresa Ortiz, ayer, en Gijón. MARCOS LEÓN

Teresa Ortiz Gómez es Catedrática de Historia de la Ciencia, profesora e investigadora del Instituto Universitario de Estudios de las Mujeres y de Género y del departamento de Historia de la Ciencia de la Universidad de Granada. Ayer abrió las jornadas de divulgación científica tituladas "ConCiencia de Mujer" organizadas desde el área de Cultura del Ayuntamiento de Gijón con una ponencia titulada "Género, ciencia y anticoncepción en el siglo XX", en la que repasó el papel de las mujeres científicas en un campo en el que ha sido preciso avanzar mucho, y en el que la amenaza de la vuelta atrás es constante en lo que a derechos reproductivos se refiere.

-¿Qué papel han jugado las mujeres científicas en la anticoncepción?

-La lucha de las mujeres a decidir sobre si quieren ser madres o no ha sido algo que han llevado a cabo muchas mujeres científicas, médicas, enfermeras, epidemiólogas... que en distintos países se pusieron a la tarea de crear centros de planificación familiar. Es una historia desconocida que nos permite hacer visibles a las mujeres en la ciencia y en la sociedad.

-¿Cómo ha ido evolucionando el papel de la mujer en la ciencia a través del tiempo?

-El número de mujeres en la ciencia ha aumentado en distintos ámbitos desde hace más de un siglo, pero en este momento, conforme está la ciencia en este país, las perspectivas no son muy buenas ni para las mujeres ni para los hombres. Desde un punto de vista histórico, lo que vemos en la ciencia es que las condiciones estructurales y sociales son fundamentales para que las cosas se puedan cambiar, y ahora mismo estamos en un momento pésimo para la ciencia en un país en el que los presupuestos se han reducido notablemente para la investigación y la contratación en las universidades, en los hospitales, en los institutos de investigación... Ahora que estamos generando científicas con una formación excelente no hay trabajo para ellas. El futuro lo veo negro.

-¿Cuánto han tenido que luchar las mujeres para normalizar la anticoncepción?

-Las mujeres han contribuido a lo largo de todo el siglo XX a que la anticoncepción haya pasado a formar parte de nuestras vidas de una forma que no produzca muchas ampollas. En todo el mundo occidental hubo muchas mujeres que vieron la necesidad de formar y de dar acceso a otras mujeres a métodos anticonceptivos para que pudieran decidir si querían o no tener hijos, y cuántos querían tener. Este movimiento que ha ido avanzando poco a poco a lo largo de todo el siglo ha contribuido a que la anticoncepción se haya normalizado en la vida de las parejas, y que no permaneciera en ámbitos que eran más marginales.

-¿Sigue siendo un tema tabú en determinados ámbitos?

-Probablemente sí, aunque ahora mismo haya poca gente que se oponga a la anticoncepción como prevención de embarazos a nivel individual y de la pareja. Ya no hay políticas pronatalistas activas como las hubo en las posquerras del siglo XX, estamos ante algo muy estandarizado y aceptado por muchas mujeres de muchas ideologías y de muchos credos. El gran tabú y el gran problema que estamos viviendo en estos momentos es la legalización del aborto terapéutico, a demanda. Eso es un problema que genera mucho conflicto, no sólo entre las mujeres sino que los políticos influyen de manera muy activa.

-¿Evitaría esos problemas la legalización?

-Está establecido como un derecho, y yo estoy a favor de que las mujeres que quieran, que lo necesiten por los motivos que sea que puedan abortar. Se ha demostrado a lo largo de la historia de nuestra cultura que las mujeres que han decidido abortar lo han hecho en cualesquiera circunstancias, jugándose la vida y muriendo muchas veces. Y también se ha demostrado que las leyes que facilitan el acceso a un aborto en condiciones de seguridad no han fomentado los abortos en ningún sitio. Es necesario que las mujeres que quieran y que lo necesiten puedan tener el derecho a decidir.

-Paralelamente los gobiernos empiezan a preocuparse por la caída de la natalidad...

-Depende de qué población consideremos. Si nos limitamos a nuestro país y a los hijos de los nacidos en el país, es cierto que mueren más personas de las que nacen. Pero si nos fijamos en una perspectiva más amplia en lo que pasa en otros lugares del mundo y también del proceso de migraciones no creo que sea un fenómeno del que tengamos que asustarnos. No nos vamos a quedar sin gente ni mucho menos. En todo caso mis estudios se dirigen más a la anticoncepción desde el punto de vista de las mujeres y de las parejas, y no tanto de lo que sea bueno o no para los países. De lo que se trata es defender un derecho individual que no esté coartado por leyes superiores.

-¿Le queda mucho por andar al feminismo en este sentido?

-El feminismo ha avanzado mucho, se ha hecho mucho desde los años 60 y 70. Las posturas de todos los feminismos están bastante claras al respecto, pero hay cosas que conseguir y, sobre todo, evitar que haya retrocesos. Una investigadora que ha hecho la tesis conmigo acaba de publicar un libro sobre Polonia, con un estudio comparado de la píldora y las políticas anticonceptivas en España y en Polonia. Y en el caso polaco hemos visto como en los años 40 el aborto estaba permitido y casi impulsado y ahora se ha pasado a un momento en que están peleando en la calle para que no se prohíba el aborto y casi para que se permitan las medidas anticonceptivas. Las feministas y las personas que creen en estos derechos tienen mucho que hacer porque la vuelta atrás se produce en cualquier momento. Los derechos reproductivos no son derechos que se consoliden, están en el centro del patriarcado y son muy complicados de afianzar.

Compartir el artículo

stats