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SONG SUK MYUNG | Director del Centro de Artes Marciales Song

"Una mente y un cuerpo sano se logran liberando la ambición, el estrés y las prisas"

"Soy católico, pero conozco bien el budismo y puedo decir que apenas hay diferencias entre ambas religiones"

Song Suk Myung, en su despacho del gimnasio gijonés que regenta. Ángel González

Ha nacido en Corea del Sur pero muestra con orgullo su nacionalidad española. Es y se siente un asturiano más. Llegó un día a esta bendita tierra, hace 35 años, con un contrato de un año y se quedó para siempre. Su esposa Hae Ja Lee, también es española de adopción, pero su hija lo es de pleno derecho ya que ha nacido aquí. Entonces era un muchacho, y hoy lo sigue siendo merced a su disciplina, y su filosofía de la vida. Song es un hombre sabio y fuerte, un deportista nato, habla un castellano correcto y sus títulos deportivos pueblan las paredes de su centro.

- Dígame quién es.

-Nací en Seúl, cuarto de seis hermanos, todos varones. Estoy licenciado en Medicina Oriental y Deportiva por la Universidad de Seúl. Hice el servicio militar con los Boinas Verdes, un grupo de élite con una gran formación física; tuve que saltar de los aviones en más de ochenta veces.

- ¿Qué le trajo a Gijón?

-Vine requerido por el maestro Yang, que dirigía un centro de taekwondo. Caí bien a los chicos del gimnasio, hice buenas amistades y decidí quedarme durante algún tiempo a ver qué pasaba. Mi novia permanecía en Seúl, pero al año y medio vino y nos casamos. Primero por lo civil y luego por la iglesia en el Corazón de María. Antes tuvimos que hacer todo otra vez, bautismo, comunión, confirmación? Mi hija Silvia ha nacido aquí.

- ¿Cómo que otra vez?

-Mi madre era católica y me bautizaron al nacer, como a mis hermanos, pero aquí querían papeles nuevos. Hay muchos católicos en Corea del Sur, aunque conozco bien el budismo, y puedo decir que apenas hay diferencias entre ambas religiones. Jesucristo nos manda amar al prójimo y Buda dice que debemos ser buenos con los demás.

- ¿Que fue del maestro Yang?

-Se fue y me vendió sus instalaciones de la calle Aguado. Era una oportunidad y pedí créditos, me dieron facilidades? Pero el gimnasio estaba muy mal y terminé cambiándome a otro de la misma calle.

- ¿Cómo le fue?

-Los comienzos muy duros. Aquí, las artes marciales orientales eran poco conocidas, pero hice exhibiciones en colegios, en las fiestas de los barrios, y en aquellos espectáculos promovidos por el Ayuntamiento con fines sociales, como la lucha contra las drogas. Al final conseguí despertar interés.

- Es usted maestro de taekwondo, ¿qué significa este deporte?

-Más que un deporte es una filosofía de vida. Fue creado en 1955 por el General Choi, y destaca por la variedad y espectacularidad de sus técnicas. Es el deporte de combate más conocido y el más popular del planeta. Antes era considerado sólo de exhibición pero desde 1988 está considerado olímpico, así que su estreno como tal se produjo la Olimpiada de Sidney, en el año 2000.

- ¿En qué se basa?

-En el sacrificio, el trabajo, el esfuerzo físico y el respeto hacia los demás. Encierra una forma de entender la vida y su práctica libera del estres, de la ambición, de las prisas. Con todo ello se consigue un cuerpo sano en una mente sana.

- ¿Usted observa esos cambios en sus discípulos?

-Sí, claramente. Tanto es así que a partir de los resultados de los niños acuden los padres al gimnasio, ya que las artes marciales pueden practicarlas personas de todas las edades porque se adapta a las posibilidades de cada uno. Durante mi trabajo en Corea incluso entrené a un grupo que estaba en silla de ruedas.

- ¿Son duros, los inicios?

-No, los primeros meses sirven para poner a punto al alumno y que el maestro observe sus facultades. Luego, al entrar en clase conmigo yo ya sé lo que tengo que hacer con él.

- ¿Hay grados, en el taekwondo?

-Sí, la Federación Internacional de Taekwondo contempla diez cinturones que van desde el blanco al negro pasando por el amarillo, el verde, el azul y el rojo. El negro coincide con el primer dan. Hay diez dan, el último sólo lo ostenta el actual presidente de la Federación Internacional, el maestro Chung Won Choue.

- ¿Usted que dan alcanza?

-El séptimo dan, pero no me hace falta más.

- ¿Cómo le ha afectado a crisis?

-Como a todos los negocios. He tenido altibajos, pero aquí sigo, fiel a mi propia filosofía y practicando taekwondo.

- ¿Con qué frecuencia es conveniente ejercitarlo?

-Tres veces a la semana es suficiente. Aquí se concibe como un deporte pero nosotros vamos más allá, al considerarla como una asignatura ideal para la vida. Los grandes pediatras dicen que hay tres cosas buenas para los niños. Que aprendan otro idioma, que reciban instrucción musical y que practiquen un arte marcial.

- ¿En qué condiciones se encuentra España con relación al Taekwondo?

-En una de las mejores del mundo. Ha tenido una gran acogida porque le avalan los resultados. Se ha observado que los chicos sacan mejores notas, son más respetuosos, están más tranquilos y no les llaman las diversiones extremas. Sus beneficios son innumerables. Muchos estudios han revelado que las personas que lo ejercitan regularmente tienen menos riegos de sufrir obesidad o una enfermedad crónica.

- ¿Es un arte defensivo?

-No rigurosamente, porque no se instruye en el uso de armas tradicionales, como en el caso del kung fu o el karate japonés, pero ofrece la posibilidad de reaccionar con eficacia ante una situación peligrosa o de riesgo personal.

- ¿Cómo es su uniforme, y éste es obligatorio?

-Pantalón y chaqueta blancos, ésta abierta, y anudada con el cinturón correspondiente. Y sí, es obligatoria.

- Parece que se usan sólo las piernas, por las patadas tan espectaculares?

-Tanto como las piernas se utiliza el puño y la mano abierta, lo que ocurre es que las patadas meten mucho ruido y la mano no. En realidad se ejercita todo el cuerpo.

- ¿Volverá a Corea algún día?

-Voy casi todos los años a ver a mi familia, pero mi vida está en Gijón, una ciudad a la que estoy muy agradecido. Me acogieron bien, tengo grandes amigos y me encuentro muy a gusto.

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