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ALFONSO DOMÍNGUEZ-GIL HURLÉ | Catedrático emérito de Farmacia y jefe del servicio de Farmacia del Hospital Universitario de Salamanca | Grandes de Semana Grande

"No soy una eminencia, sólo un profesor enamorado de su trabajo y muy estudioso"

"Aunque viva en Salamanca conozco a fondo Asturias; ya visité 85 de sus 130 playas, manejo bien la coña marinera y uno de mis hijos nació aquí"

"No soy una eminencia, sólo un profesor enamorado de su trabajo y muy estudioso"

El curriculum de este gijonés es imposible de transcribir, pese a ello es un hombre sencillo y asequible, de clara vocación docente, ya que no duda en dar sus explicaciones a la persona más lega; servidora.

- Es usted una eminencia?

-No, sólo soy un profesor enamorado de su trabajo y un gran estudioso. Pensaba que cuando me jubilara podría leer novelas, pero sigo leyendo libros profesionales.

- ¿De dónde le viene tanta materia gris?

-Admiraba mucho a mi abuelo, Aquilino Hurlé, y no estudié Medicina porque mi padre me inclinó por la Farmacia; él era farmacéutico y químico. Nací en Gijón (1942), en la calle Capua, mayor de dos hermanos. Soy un poco tímido, optimista, disfruto de la vida, de todo, de la música clásica, de la cultura, y he viajado por los cinco continentes.

- ¿De niño a qué jugaba?

-Al balonmano, a las chapas, canicas? No era un buen deportista. Hice el Bachiller en el Corazón de María, y no fui un estudiante brillante. Empecé a destacar en primero de carrera, y fui becario todos los cursos en la Universidad de Santiago. Hice el doctorado y saqué las oposiciones a cátedra por la universidad de Salamanca en 1974. Curiosamente, dos veces al año nos reunimos a comer todos los del curso del colegio, somos unos cuarenta y no suelen fallar aunque vivan fuera de Gijón.

- Dígame, ¿qué es una mala educación sanitaria?

-Es un problema serio y un objetivo de primer nivel corregirla. Simplemente es el desconocimiento del uso de los medicamentos. Hay campañas para favorecer su adherencia, que se consuman los genéricos, y trasmitir al paciente la corresponsabilidad de su tratamiento. El coste de la terapéutica es brutal y cada vez se incrementa más.

- ¿Hay modas? Han desaparecido las inyecciones, los supositorios?

-La vía oral es un avance, en cuanto a los supositorios la absorción de los medicamentos es irregular y se ha abandonado.

- Ha recibido usted muchos premios, ¿cuál valora más?

-El de la Sociedad Internacional de Farmacia por mis proyectos de investigación. Y el Premio de la Comunidad de Madrid a la seguridad del paciente.

- ¿Qué es la farmacocinética?

-Una ciencia que estudia la circulación de los medicamentos en el organismo. No se aprueba ninguno sin conocer su farmacocinética.

- ¿España tiene laboratorios importantes o dependemos del extranjero?

-No somos una potencia. Lo son EEUU, Japón Alemania y Francia. Pero nosotros somos una potencia mundial en materias primas farmacéuticas. Y no olvidemos que la fábrica más importante de aspirinas está en Asturias, en La Felguera.

- ¿Es cierto que la edad se mide por el número de pastillas que se consumen?

- Sí, la edad es un factor determinante. Las pluripatologías se dan en la ancianidad.

- ¿Usted que toma?

-De momento sólo tres. Dos para la hipertensión y una para el colesterol.

- ¿Qué son los medicamentos huérfanos?

-Aquellos para tratar las enfermedades raras. Los llaman así porque no tienen un apoyo financiero para su elevado precio.

- Dicen que todos los medicamentos por inocuos que sean a la larga acaban siendo perjudiciales?

-Sí, todos tienen algún efecto adverso. Además la mayor parte no curan, sino que eliminan los síntomas. Menos los antibióticos, que sí curan.

- ¿Se ha dado el Premio Nobel a algún farmacéutico?

-Que yo sepa, no, pero ahora creo que hay algún candidato.

- ¿Cómo cree que será la Medicina del futuro?

-Basada en las cuatro pes, es decir, preventiva, predictiva, personalizada y participativa. Los avances son espectaculares. En los años 60 no había prácticamente medicamentos eficaces, y es a partir de los 70 cuando se desarrolla la industria farmacéutica, la investigación y los medicamentos biológicos.

- ¿Estos, qué son?

-- Los que no se obtienen por síntesis química sino por técnicas de biotecnología.

- ¿Ha sufrido recortes en sus medios de investigación?

-Sí, ha sido uno de los campos donde se han dado más recortes presupuestarios.

- Es penoso que haya enfermedades de ricos y pobres? El dengue, la malaria, ahí siguen sin un remedio.

-Sí, el sida vino al mundo civilizado y se investigó. Pero se avanza menos en las enfermedades de los países pobres. Por eso hay que controlar las industrias farmacéuticas, que trabajan para obtener beneficios. Ocurre que la salud es un tema muy sutil.

- En su profesión, ¿quién es el enemigo?

- La propia amplitud del conocimiento.

- Tantos años viviendo en Salamanca, ¿se ha olvidado de su tierra?

-No, ejerzo de asturiano, conozco a fondo Asturias y sigo vinculado a ella. De las 130 playas que tenemos he visitado 85. Y manejo bien la coña marinera. Además, de mis tres hijos, uno ha nacido en Gijón. Los otros dos, en Galicia y Salamanca.

- Por cierto, tiene una hija célebre?

-Sí, Beatriz, ocupa un alto cargo en la Administración, es médico nefróloga, y directora general de Trasplantes.

- ¿Cuando llegue su jubilación definitiva dónde vivirá?

-Estoy vinculado a Salamanca y muy a gusto en ella, así que mientras tenga capacidad de movilidad aquí me verán. Pero el anclaje lo tengo en Salamanca.

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