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"No podemos prescindir de un plato estrella", afirman en las sidrerías

El sector continuará comprando erizo gallego, "como lo hicimos toda la vida", ante la ausencia de producto regional por la veda

"Llevo 22 años vendiendo oricios y vivo de ellos. No puedo prescindir de un producto estrella". Con estas palabras, el propietario del chigre El Globo, Armando Rodríguez, rechaza un boicot del sector asturiano al erizo gallego hasta que se recuperen las poblaciones autóctonas. Orlando Cáncer, al frente de la sidrería Nava, proponía llegar a un acuerdo entre hosteleros para dejar de comprar género gallego y así evitar las subidas de precios que imponen los mayoristas. Sin embargo, en los chigres gijoneses no están dispuestos a sellar esa unión y renunciar a tal manjar. "Toda la vida llegaron oricios de Galicia y Portugal porque los de aquí no son suficientes", dicen.

"¿Que tenemos menos beneficios? Es lo que hay. Pero mis clientes demandan oricio y no puedo dejar de traerlos", reconoce Armando Rodríguez. Su sidrería es una de las que más compran en la ciudad: unas 10 toneladas por temporada. "Si por ser gallegos, no podemos venderlos, ¿entonces qué hacemos en Navidades? Comeríamos solo lentejas", opina. Ataulfo Blanco, de Casa Ataulfo, cree que la idea de respetar la veda regional "es buena", pero "muy difícil" de llevar a la práctica. "La unión en este sector es muy complicada. Y si consigues poner de acuerdo a unos cuantos, siempre va a haber otro que vaya por libre", expresa Blanco.

"Si lo hacemos con los oricios, entonces también tendríamos que dejar de comprar sidra que no se haga con manzana asturiana...", añade. Ricardo Llosa, al frente de la sidrería Llosa de Gijón, tampoco está por la labor de dejar de servir erizos en su local. "Yo protesto por la calidad, no porque sean caros. Y en Asturias hay oricios buenos y oricios malísimos; lo mismo que en Galicia", comenta. El hostelero también asegura que oricios gallegos y portugueses siempre los hubo en los chigres da la región: "Los que se capturan en Asturias no son suficientes; se cogían cuatro".

Las estadísticas de la dirección general de Pesca demuestran que los años de mayores capturas en el Musel fueron 2012, con 14,2 toneladas, y 2011, con 12 toneladas. A partir de esa etapa comenzó la decadencia en la rula de Gijón con tan solo 158 kilos descargados (726,80 euros) en 2015, que evidencian el mal estado de las poblaciones de equinodermo. En todo Asturias, ese año se pescaron 9,3 toneladas.

Ante la escasez local, resultado de la degradación de los bosques de laminarias por el cambio climático, la Cofradía del Oriciu de Gijón pretende traer durante todo el año erizos en avión procedentes de las islas Azores. Los hosteleros ven interesante el proyecto, pero dudan de que el producto soporte el calor del verano. La primera prueba con hosteleros se hará en marzo.

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