Marco Antonio Ortega es experto en gestión del conocimiento y gestión basada en resultados, con una experiencia profesional de más de 15 años en África, América del Norte, Europa, Latinoamérica y el Caribe. Actualmente trabaja como consultor desde Gijón para organismos internacionales, instituciones gubernamentales y foros empresariales. Ayer participó en la jornada "Talento Made in Asturias", organizada por la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) con la intención de recabar datos e información basada en la experiencia real de gente joven de origen asturiano con experiencia laboral el diferentes países. En el encuentro también participaron Rubén Calvo Eloy Garrido, Marcos Ladreda y Juan Carlos Martín.
- ¿Es Asturias una región talentosa?
-Hay mucho y buen talento. En general en Asturias hay un buen caldo de cultivo, pero a veces nos falta saber cómo canalizar o cómo aprovechar mejor ese talento.
- La gente se sigue viendo forzada a emigrar...
-Los perfiles de asturianos que me he encontrado en el exterior son buenos, con cualificaciones altas y que se ocupan en algunos casos de aspectos específicos para los que en Asturias no han encontrado un canal de aprovechamiento. La inquietud profesional, la búsqueda de mejora hace salir fuera, lo que no quiere decir que ese talento no se pueda capitalizar dentro de la región; el caso es encontrar la fórmula de cómo aprovechar este talento, esté en Asturias o se haya ido fuera, para el bien de la región y del tejido institucional, económico o social del Principado.
- ¿Qué es lo que está fallando en esta fuga de talento?
-Creo que no podemos hablar sólo de un factor, se trata de más del engranaje de una maquinaria compuesta por Universidad, empresa e instituciones públicas. Tenemos que ver cómo se puede aprovechar el talento y no sólo decir en qué somos buenos en Asturias, o qué hacemos bien, sino mirar qué hacemos mejor que otros: lo que se llama ventaja comparativa. Se trata de ver en qué tenemos esa ventaja y cómo podemos aprovecharla. Creo que la innovación se podría ver no de desde la óptica de hacer lo mismo, sino haciendo algo en lo que comparativamente somos mejores que otros. Había que buscar ese tipo de innovación y paralelamente encontrar estructuras de canalización, especialmente la sinergia entre Universidad e instituciones públicas y sector privado.
- ¿Están Asturias y Gijón bien posicionadas para aprovechar ese talento?
-Yo lo veo en retrospectiva, me fui a principios del 2000 y ahora que he regresado a Gijón hace dos años veo que realmente hay iniciativas que antes no se daban y que son los primeros pasos muy necesarios. Creo que se pueden hacer muchas cosas en Asturias, y si se buscan unos objetivos esos pasos van a dar sus frutos. Por lo menos se ven iniciativas que hace años no se daban.
- En su caso, ¿por qué regresó a Asturias?
-Se dieron dos aspectos: por un lado el personal, porque yo soy de la región, y por otro lado, a nivel profesional quise intentar empezar nuevos proyectos. Sinceramente me planteé varias ciudades, principalmente capitales, después de pasar por numerosos destinos. Recalé aquí en parte también al buscar la calidad de vida que ofrece Gijón, que es un lugar muy agradable para vivir. Esto te da al mismo tiempo oportunidades y desafíos, porque como profesional independiente puedes buscar diferentes áreas de trabajo y proyectos, con el desafío de estar en una región que en algunos casos está algo aislada o no te da las mismas posibilidades que te dan otras regiones. No es algo insalvable con las nuevas tecnologías, con las plataformas virtuales y videoconferencias se pueden desarrollar este tipo de trabajos perfectamente desde Asturias, y contar con plataformas como Impulsa ayuda mucho. Las comunicaciones físicas sí que aún necesitan mejorar algunos fallos, las conexiones no siempre son las mejores.
- ¿Está preparada Asturias para ser una región puntera en innovación?
-Considero que sí, sobre todo desde que se dio este cambio sectorial en Asturias. Empezamos a tener mucho más sustrato de talento destinado a la investigación y los servicios, ahora tenemos una base para avanzar. Lo que tenemos que cambiar es nuestra cultura y nuestra mentalidad para alcanzarlo.
- ¿En qué sentido?
-Todavía somos muy clásicos en materias y disciplinas. En mi caso por ejemplo, soy especialista en gestión del conocimiento y gestión basada en resultados. Es algo que aquí en Asturias no encuentro o encuentro muy poco a nivel de formación continua o de intercambio de conocimiento con compañeros. Eso motiva que siempre tenga que estar buscando nuevas fuentes fuera, tanto en el intercambio informal como en las universidades o instituciones que ofertan algo más novedoso. Aquí nos hemos afianzado mucho en materias clásicas en las que somos muy buenos y nos falta ese cambio, no en lo que sabemos hacer, sino buscar dónde tenemos esa ventaja en innovación.
- ¿Consejos para mejorar el ecosistema empresarial?
-Sobre todo no cerrarse a nuevas ideas ni a nuevos desafíos. La innovación aparece cuando aparecen los desafíos. Si hacemos siempre lo mismo aunque seamos muy buenos nunca vamos a tener espacios de innovación. Tenemos que ser proactivos, no simplemente reactivos.
