La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

A la pizarra contra el fracaso

Un informe del Grupo Eleuterio Quintanilla reclama ayudas para alumnos pobres y atención especial para los centros educativos con más abandonos

A la pizarra contra el fracaso

A los centros educativos que presenten elevados índices de fracaso y abandono escolar se les deben aplicar medidas especiales de atención. Medidas que figurarán en su proyecto educativo y serán objeto de negociación con la consejería de Educación y que pueden ir desde aumentos de horario de tutoría, profesores de apoyo, incrementos de personal en el departamento de Orientación, profesores de taller, expertos en dinamización social, cultural y deportiva... ¿Qué criterios determinarán los centros que requieran esas medidas? Pues el análisis de variables como el número de repetidores y de derivaciones a los programas de formación profesional básica o mejora de aprendizaje y rendimiento y los porcentajes de absentismos, abandono y no titulación. A partir de esos criterios se constituirá una escala donde puedan establecerse varios rangos de apoyo en consonancia con el grado de fracaso al que hay que hacer frente.

Esta es una de las medidas de actuación directa que aparecen descritas en el documento "Por un sistema educativo que combata el fracaso y la pobreza", que ha elaborado el Grupo Eleuterio Quintanilla y que se presenta esta tarde en el Ateneo Obrero de Gijón. Una presentación que es el prólogo a una asamblea donde colectivos vinculados al mundo de la enseñanza tendrán la oportunidad de debatir el documento y realizar aportaciones. "No queremos hacer un libro, queremos generar discusión y establecer un posicionamiento", explica el profesor Chema Castiello al hablar de un estudio que tiene sus antecedentes en unos encuentros organizados hace meses para analizar la relación entre la pobreza, la exclusión social y la educación. El informe denuncia las políticas educativas desarrolladas en los últimos años, detecta los "insoportables" índices de fracaso escolar -un 20% a nivel nacional que se rebaja al 14% en Asturias-y la afectación directa en las clases sociales más pobres pero, sobre todo, plantea propuestas de actuación porque, dicen, "el fracaso escolar no es un fracaso individual. Las consecuencias del mismo son una hipoteca para la propia sociedad. El fracaso escolar es un fracaso del sistema".

A la hora de plantear medidas de carácter general, el estudio del Grupo Eleuterio Quintanilla no se queda en reivindicar mayores recursos para los centros más afectados. También se pide impulsar las tasas de escolarización en la educación infantil -sobre todo en el tramo de 0 a 3 años-, aumentar el gasto público en becas y ayudas al estudio para garantizar que los hijos e hijas de quienes vivan en la pobreza tengan cubiertos los costes de transporte, comedor, material escolar y actividades extraescolares, asegurar la gratuidad de los libros de texto, impulsar los servicios de comedor con tarifas sociales o exenciones de pago a quienes vivan por debajo del índice de la pobreza y diversificar las dotaciones de profesorado y personal "porque no es de recibo que tengan igual los centros educativos ubicados en el centro de las ciudades y escolarizan a clases medias con recursos que los de los barrios que viven situaciones de precariedad". El informe también reivindica el aumento de la inversión en educación y políticas sociales y la derogación de la LOMCE.

Todo esto a nivel general porque a lo largo de sus páginas el documento reflexiona sobre los compromisos a asumir en esta lucha por los equipos directivos, claustros, equipos docentes, tutores y profesores como integrantes de diferentes ámbitos de toma de decisiones.

Compartir el artículo

stats