Oviedo, L. M. S. / Agencias

Francia, Alemania y Rusia, tres de los seis países que negocian con Irán sobre su programa nuclear, incrementaron ayer su presión sobre Teherán, que, según el último informe de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), puede estar trabajando ya para fabricar cabezas nucleares.

Sin embargo, sólo Alemania pidió abiertamente nuevas sanciones; Francia pidió actuar «con determinación» y Rusia admitió su «alarma» por la falta de cooperación de Irán. «No podemos aceptar esto», dijo el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov.

El líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, negó que el programa nuclear de su país tenga como último fin la construcción de la bomba atómica. «Nuestras creencias religiosas nos impiden tener ese tipo de armas», dijo.

Jamenei presidió ayer la botadura del primer destructor iraní de fabricación propia.