Pekín / Seúl, Agencias

China pidió ayer a Corea del Norte y a Corea del Sur que eviten una nueva escalada de tensiones en la península coreana, después de que Seúl concluyera sin incidentes unas maniobras militares con fuego real que Pyongyang consideró una provocación y que, durante buena parte de la jornada de ayer, pusieron al rojo los termómetros en esa península asiática. Finalmente, el régimen comunista de Pyongyang anunció que las maniobras no merecen una respuesta militar.

Los ejercicios, respaldados por EE UU, se desarrollaron frente a las disputadas aguas de la isla de Yeonpyeong, en el mar Amarillo, que el pasado 23 de noviembre fue atacada con un centenar de obuses por el Norte, causando la muerte de cuatro personas.

Rusia, con el respaldo de China, solicitó el sábado una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad por considerar que los ejercicios militares surcoreanos podían provocar otro estallido de violencia. La reunión se celebró el domingo sin resultados.

En medio del tenso ambiente de la jornada de ayer, el Norte dio uno de sus particulares golpes de efecto al anunciar que su Gobierno ha dado el visto bueno al retorno de los inspectores de la Agencia Atómica a sus instalaciones nucleares tras una serie de conversaciones con el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, informó la cadena de televisión CNN.