Bruselas, Agencias

Los jefes de Gobierno de doce países de la UE, entre ellos el español, Mariano Rajoy, enviaron ayer una carta de cinco páginas a los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, con un programa de ocho puntos para promover el crecimiento económico y luchar contra la crisis. La misiva no está firmada por Alemania ni Francia.

Bajo el título «Un plan de crecimiento para Europa», los doce países hacen ocho reclamaciones: desarrollar aún más el mercado único de la UE, especialmente en el sector servicios, así como crear un auténtico mercado digital europeo para 2015. En tercer lugar se pide el establecimiento de un auténtico mercado único de la energía para 2014, al igual que «redoblar el compromiso con la innovación», para lo cual se propone establecer un Área Europea de Investigación.

La carta pide también una «acción decisiva» para abrir los mercados mundiales al libre comercio, reducir el peso de la burocracia europea en las empresas y promover mercados de trabajo eficaces que ofrezcan «oportunidades de empleo» a los jóvenes, las mujeres y las personas de más edad.

Finalmente, se propone poner en marcha un sector de servicios financieros «fuerte, dinámico y competitivo», que apoye a las empresas y a los ciudadanos. Para ello, se indica que «deberían reducirse» las garantías de rescate a las entidades financieras, pues distorsionan el mercado único, y que «los bancos, no los ciudadanos, deben ser los responsables de asumir los costes de los riesgos que asumen».

Por otra parte, al cierre de esta edición, anoche, el Eurogrupo -los 17 países miembros de la zona euro- negociaba in extremis las condiciones para dar luz verde al nuevo préstamo de 130.000 millones de euros y al proceso por el que se efectuará una quita de unos 100.000 millones de euros de la deuda del país en manos del sector privado.

La condonación de esa cantidad, que representa aproximadamente la mitad de la deuda helena en manos del sector privado, centraba una intensa negociación al filo de la medianoche. La eurozona estudiaba alguna manera de aumentar la aportación del sector privado, entre otras propuestas para intentar alcanzar el objetivo de reducir la deuda al 120% del PIB en 2020.