Seúl, M. VIDAL

El presidente de EE UU, Barack Obama, lanzó ayer una dura advertencia a Corea del Norte para que desista en su amenaza de lanzar un satélite sobre un misil de largo alcance, al asegurar que esa acción compromete seriamente la entrega de la ayuda alimentaria acordada entre las partes el pasado febrero.

Hace un mes ambos países alcanzaron un acuerdo por el cual Corea del Norte se comprometía a abandonar sus pruebas nucleares y de misiles de largo alcance a cambio de recibir 240.000 toneladas en ayuda alimentaria.

En una rueda de prensa conjunta con el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, con quien ayer celebró una reunión en Seúl previa a la II Cumbre sobre seguridad nuclear que se inaugura hoy en esa capital, Obama indicó que el lanzamiento representaría «una violación directa de sus propios compromisos (de Corea del Norte)».

Washington y Seúl alegan que el lanzamiento representaría una violación, no sólo de ese acuerdo, sino también de los compromisos internacionales de Corea del Norte, que quiere lanzar el misil para conmemorar el centenario del que fuera su líder Kim Il-sung.

«Les hemos dicho muy claramente que encontraríamos difícil seguir adelante con el acuerdo» de asistencia alimentaria si Corea del Norte lanzara el misil. «Es difícil suministrar ayuda si uno no piensa que vaya a llegar a la gente que la necesita», sostuvo el presidente estadounidense.

Además, recordó, en otras ocasiones medidas similares por parte de Corea del Norte han merecido un mayor aislamiento y el endurecimiento de las sanciones internacionales. «Sospecho que en esta ocasión ocurriría lo mismo», declaró el presidente estadounidense.

Según Obama, el lanzamiento «profundizaría el aislamiento de Corea del Norte, dañaría aún más sus relaciones con sus vecinos y perjudicaría cualquier posibilidad de negociación». «Corea del Norte no logrará nada mediante amenazas o provocaciones», insistió.

La agencia nipona de noticias «Kyodo» informó ayer de que varias imágenes recogidas por satélites de vigilancia apuntan que el régimen de los Kim habría transportado al noroeste del país la parte principal del cohete que se utilizará para el lanzamiento del satélite.

En este clima, y aunque el régimen norcoreano no asiste a la cumbre y su programa nuclear no figura en la agenda oficial, la cuestión norcoreana es una de las grandes prioridades de Obama. La otra es la cuestión iraní. El mandatario estadounidense fue ayer muy claro en su advertencia a Teherán: «Creo que hay un margen de tiempo para resolver esto diplomáticamente, pero ese margen se está agotando».

El inquilino de la Casa Blanca tiene previsto reunirse hoy con el presidente saliente ruso, Dmitri Medvédev, y el jefe de Estado chino, Hu Jintao, para tratar sobre Corea del Norte. China es el principal aliado de Pyongyang y Obama quiere presionar a Hu para que lo disuada de sus intenciones. Además, Obama mantendrá un encuentro informal, el primero, con el jefe del Ejecutivo español, Mariano Rajoy.