"Un acto de guerra contra Francia". François Hollande compareció ayer por la mañana, por tercera vez desde la comisión de la masacre de París, y acusó directamente al "ejército yihadista del Estado Islámico" (EI) de perpetrar la cadena de brutales atentados que ha conmocionado al mundo y puesto en jaque a su país. El presidente francés decretó tres días de duelo nacional, igual que tras los ataques del pasado enero contra la sede del semanario satírico "Charlie Hebdo" y un supermercado "kosher", y advirtió a los terroristas: "Francia no tendrá compasión".

El balance de los atentados, que fueron perpetrados por al menos ocho yihadistas -siete de los cuales se inmolaron y el octavo fue abatidos a tiros-, es, hasta ahora, de 129 muertos y 352 heridos, 99 de los cuales están muy graves, lo que hace temer que la cifra de fallecidos se incremente fatalmente.

"Es un acto de guerra, y frente a la guerra el país debe tomar las decisiones apropiadas", anunció Hollande, visiblemente emocionado, pero con firmeza. Y no sólo eso: "Es un acto de guerra que estaba preparado, organizado y planificado desde el exterior y con complicidades interiores que la investigación establecerá", prometió.

El protocolo de seguridad, aplicado por primera vez en todo el país, no tiene precedentes. Las manifestaciones están prohibidas hasta el próximo jueves, las autoridades siguen pidiendo a la población que se quede en sus casas y el Gobierno no descarta recurrir, incluso, al toque de queda.

El país se encuentra en estado de emergencia desde la noche del viernes, lo que no ocurría desde los graves disturbios que se registraron en los barrios de la periferia de la capital en 2005, cuando también se decretó el estado de emergencia, pero circunscrito sólo a París.

Pero, además, Hollande ordenó desplegar 1.500 militares que patrullarán las calles de París para completar el dispositivo de seguridad policial, así como incrementar "las restricciones a la circulación de personas e instituir zonas de protección y de seguridad" en las fronteras, aunque no cerrarlas a cal y canto, como en principio se pensó.

Sin embargo, el Gobierno de Manuel Valls no se plantea suspender la cumbre del cambio climático (COP21), que debe inaugurarse el próximo 30 de noviembre, aunque sí tomará medidas para reforzar la seguridad. Además, trenes, metros y otros medios de transporte público de París circulaban ayer casi con total normalidad.

Los hospitales parisinos habían atendido hasta media tarde al menos a 300 heridos y los centros de donación de sangre están colapsados por la masiva respuesta ciudadana. La ministra de Justicia, Christiane Taubira, informó de que los investigadores han logrado ya identificar a "varias decenas" de fallecidos. Entre los heridos figuran, de momento, dos belgas, un portugués y varios norteamericanos, aunque el Gobierno de Washington no detalló su número.

El grupo yihadista reivindicó la cadena de ataques y amenazó: "Mientras sigáis bombardeando, no viviréis en paz". Al atribuirse la autoría de los atentados en un comunicado en internet, el EI describe a los terroristas como "ocho hermanos ataviados con cinturones explosivos y ametralladoras" que "atacaron objetivos seleccionados con precisión en el corazón de la capital francesa".

"Que sepa Francia y los que van en su camino que van a estar a la cabeza de los objetivos del Estado Islámico y que el olor a muerte no va a abandonar sus narices mientras lideren la campaña cruzada" contra los yihadistas en Siria e Irak.

Siria e Irak fueron precisamente los países cuyos nombres invocaron los yihadistas que asaltaron el Bataclan, uno de los seis escenarios de la tragedia del viernes por la noche en París, cuando entraron en la popular sala de conciertos y empezaron a abrir fuego indiscriminadamente.

En rueda de prensa, el fiscal de París, François Molins, dio algunos detalles sobre el "modus operandi" de los terroristas, así como sobre la ruta que siguieron para llegar a Francia. A tenor de los primeros indicios, se dividieron en tres equipos para perpetrar los ataques, y Molins explicó que el grupo que atentó en el Bataclan llegó a la sala de fiestas en un coche alquilado en Bélgica, un Volkswagen Polo negro. Otro grupo, a bordo de un Seat León con la matrícula GUT1805, se movió por los distritos 10º. y 11º. de la capital, atentando en otros cuatro escenarios. El tercer equipo atacó en el Estadio de Francia.

Tres personas fueron detenidas ayer por la tarde en el distrito de Molenbeek (oeste de Bruselas) en una redada que, al cierre de esta edición, seguía abierta. El primer ministro belga, Charles Michel, confirmó en televisión que uno de los tres arrestados estaba en la tarde del viernes en la capital francesa.

Y ya se empiezan a conocer más detalles. Uno de los terroristas del Bataclan era un delincuente común francés de 29 años, nacido en la localidad de Courcouronnes, a unos 35 kilómetros al sur de París, que fue identificado por sus huellas dactilares, ya que estaba fichado por sus vínculos yihadistas desde 2010.

Dos pasaportes, uno sirio y otro egipcio, fueron hallados cerca del Estadio de Francia, otro de los escenarios de la matanza. Y el primero fue registrado el pasado 10 de octubre en la isla griega de Leros, informó el ministro heleno de Protección Ciudadana, Nikos Toskas.