Turquía fue ayer escenario, por segunda vez en 48 horas, de un ataque terrorista, después de que el martes diez turistas alemanes perdieran la vida en un atentado en Estambul atribuido por las autoridades de Ankara el grupo yihadista Estado Islámico.

En el atentado de ayer, murieron al menos cinco personas y otras 39 fueron heridas por la explosión de un coche bomba dirigido contra una sede policial en la localidad turca de Çinar, en la provincia de Diyarbakir (sureste). A diferencia del ataque de Estambul, el de ayer fue atribuido por las autoridades turcas a los guerrilleros kurdos secesionistas del PKK, quienes responderían de este modo a los ataques de la aviación turca contra sus santuarios de retaguardia en el norte de Irak.

En julio quedó roto el alto el fuego pactado por el PKK y el Gobierno de Turquía en el marco de unas negociaciones de paz que pretendían cerrar un conflicto que se ha cobrado unas 40.000 vidas desde 1984. El alto el fuego había estado en vigor dos años.