El primer ministro francés, Manuel Valls, denunció ayer una maniobra política para desestabilizar al Gobierno a cuenta del atentado de Niza por una parte de la oposición. Valls responsabilizó de la "polémica política" al presidente de la región de Niza y exalcalde de la ciudad, Christian Estrosi, y dijo que esa parte de la derecha está en una deriva de "trumpización". Interrogado sobre si el dispositivo policial era adecuado, Valls respondió: "Desde el momento en que hubo un atentado (...) tenemos que mostrar humildad. No voy a decir que todo fue bien".

El presidente, François Hollande, pidió el fin de la polémica política sobre el dispositivo de seguridad. "Hay que dejar a la justicia que trabaje con total independencia. No puede haber polémicas o enfrentamientos", subrayó.

En Niza, la responsable de videovigilancia del Ayuntamiento, Sandra Bertin, aseguró que recibió presiones del Ministerio del Interior para certificar la presencia de policía nacional la noche del ataque. "Traté con una persona que quería un informe que dijera que había policía, barreras en las calles y que dijera que se podía ver a policías nacionales en dos puntos", explicó Bertin. El ministro, Bernard Cazeneuve, anunció que denunciará por difamación a Bertin.